Bolsa, mercados y cotizaciones

La Fed retirará el oxígeno si se cumple su positivo diagnóstico de la economía

La tensión acumulada durante las últimas semanas llegó ayer a su fin, pero no elimina las dudas. El Comité de Mercados Abiertos de la Reserva Federal (FOMC, por sus siglas en inglés) mantuvo intacto su tratamiento para garantizar la plena recuperación del paciente estadounidense.

Al término de su encuentro, los mandamases del banco central del país decidieron seguir aplicando su exitosa y polémica fórmula: tipos de interés cercanos a cero y una compra mensual de bonos y activos por valor de 85.000 millones. Un brebaje que, según sus nuevas proyecciones, ha servido para mejorar las perspectivas de la mayor economía del mundo.

"La información recibida sugiere que la actividad económica se ha expandido a un ritmo moderado. Las condiciones del mercado laboral han mostrado una mejora adicional en los últimos meses pero, a fin de cuentas, la tasa de desempleo sigue siendo elevada" advirtieron desde el Comité. En este sentido, el gasto de los hogares y las empresas continúa su ritmo ascendente y el sector de la vivienda se fortalece aún más aunque como ya avisaron con anterioridad los funcionarios de la Fed, el brusco ajuste fiscal aprobado el pasado 1 de marzo frena el crecimiento económico.

Con este contexto sobre la mesa, el presidente de la Fed, Ben Bernanke, y el resto de los once discípulos con derecho a voto, apostaron por mantener la respiración asistida tal y como estaba previsto a través de la compra mensual de 40.000 millones en activos respaldados por hipotecas y otros 45.000 millones de dólares más en bonos del Tesoro a largo plazo. Eso sí, dos halcones como James Bullard, de la Fed de Saint Louis, y Esther L. George, la capitana de la Fed de Kansas City, se opusieron a mantener vigente esta flexibilización cuantitativa.

De nuevo, los funcionarios jugaron al despiste con el conocido Quantitative Easing, (QE, por sus siglas en inglés) al determinar que el Comité está preparado "para aumentar o reducir el ritmo de sus compras", un mensaje que ya emplearon en su anterior encuentro de marzo y que, dada la reacción de los mercados estadounidenses, no cayó con buen gusto entre los inversores. Pero, en la rueda de prensa posterior, Bernanke dijo que si la economía sigue mejorando se podría reducir el programa de compra de activos a finales de 2013 y concluir a mediados del año que viene.

"Si la economía sigue mejorando como la perspectiva sugiere", dijo, será "adecuado moderar el ritmo mensual de compras a finales de este año", determinó. A continuación, explicó Bernanke, la Fed podría continuar su retirada con "pasos muy medidos a través de la primera mitad del próximo año, poniendo fin a las compras alrededor de mediados de año", aseguró. 

Los principales indicadores reaccionaron con pérdidas mientras que el dólar tomaba algo de impulso frente al euro que se cambiaba a 1,329 dólares. Los rendimientos de los bonos del Tesoro a diez años pasaron de operar al 1,63 por ciento a principios de mayo para alcanzar el 2,21 por ciento antes de la reunión de ayer miércoles y superar el 2,3 por ciento tras las palabras de Bernanke. 

El presidente de la Reserva Federal dejó claro a los periodistas que su política "no está predeterminada" y dependerá de los próximos datos que vayan conociéndose. Además, indicó que la Fed, cuyo balance se ha triplicado desde que comenzase su política de tipos a cero en diciembre de 2008 hasta superar los 3,4 billones de dólares, no venderá, de momento, sus activos respaldados por hipotecas, que se compran para estimular el crecimiento económico.

Por supuesto, otro tema tabú por el que fue preguntado es su posible salida como capitán del banco central cuando termine su mandato el año que viene, especialmente después de las polémicas declaraciones del presidente de EEUU, Barack Obama. Al respecto, el funcionario reiteró que, como ya dijo en el pasado, no iba a comentar sobre "sus planes personales".

Muchos expertos se preguntan por qué el banco central continúa con su agresiva relajación a pesar de que la economía está lo suficientemente bien alejada de los niveles vistos con la crisis financiera y el S&P ha ganado más de un 140 por ciento desde los mínimos alcanzado en marzo de 2009.

Pese a que muchos expertos tildasen hasta ahora las proyecciones de la Fed como demasiado optimistas, los funcionarios de la Reserva Federal echaron ayer más leña al fuego sobre la posible reducción de sus estímulos y el posible fin de los tipos cercanos a cero al mejorar sensiblemente sus augurios económicos. 

Así, desde la Reserva Federal, se espera que la tasa de paro caiga hasta el 6,5 por ciento el año que viene, una meta clave ya que supone el punto de partida para comenzar a subir las tasas de interés. Dicho esto, los inquilinos del banco central esperarán por lo menos hasta 2015 para comenzar a apretar las tuercas de los intereses, al menos 15 de sus 19 funcionarios esperan que el primer ajuste llegue ese año.

De momento, de cara al año que viene, la Fed elevó su perspectivas de crecimiento del PIB hasta el 3 y el 3,5 por ciento, frente a una estimación del 2,9 al 3,4 por ciento realizada en marzo. El desempleo cederá hasta niveles de entre el 6,5 y el 6,8 por ciento, frente a una proyección anterior de 6,7 por ciento a 7,0 por ciento. Por su parte, la inflación continuará sin suponer un gran quebradero de cabeza al mantenerse en el rango del 1,4 y el 2 por ciento 2014, muy lejos del referente del 2,5 por ciento que haría sonar las alarmas.

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