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Zinkia: "En el MAB falta liquidez y si no hay ventajas fiscales es difícil atraer a los inversores"

Las pymes crean entorno al 90% de los puestos de trabajo y la situación financiera actual, donde cada vez es más difícil acceder a la financiación, hace que algunas compañías se conviertan en verdaderas heroínas. Este es el caso de Altia, Imaginarium, Secuoya y Zinkia que han protagonizado la última mesa del Foro Medcap.

El encargado de dar el pistoletazo de salida ha sido Constantino Fernández Pico, presidente de Altia, dedicada al sector de la tecnología de la información, que ha aclarado que a pesar de cumplir con los requisitos para ser pymes, por número de empleados (tiene más de 200 trabajadores) se queda fuera de esta clasificación y, por tanto, no tienen acceso a las ventajas con las que podrían contar este tipo de empresas. Aun así, "pensamos que todavía tenemos mucho recorrido en España. Queremos estar en la champions de nuestro sector". Sobre lo que ha supuesto cotizar en el MAB, Fernández Pico afirma que les ha aportado 2,6 millones de euros (por una ampliación de capital), imagen de marca y crecimiento, ya que el siguiente año de salir al mercado es el año que más contratos han firmado de su historia, "firmamos 100 millones para los siguientes años", señala.

En último término, el presidente de Altia ha destacado que en I+D+I "hay demasiado fraude" y que son necesarias medidas más exigentes para regular esto, por ello, Constantino Fernández Pico se declara poco amigo de las ayudas públicas.

Por otro lado, Imaginarium, con una facturación en torno a 100 millones de euros y presencia en 27 países, el valor más seguro es la direnciación. "En un sector tan aburrido como el del juguete, somos una marca que hace que seamos los únicos capaces de diseñar productos propios, únicos y diferentes a los que se puede encontrar en cualquier país del mundo. Ese es nuestro valor seguro", asegura Féliz Tena Comadrán, presidente de Imaginarium. "La crisis nos va a dejar a las compañías que lo hemos hecho bien una potencialidad brutal".

En el caso de Secuoya, centrada en el sector audiovisual, se trata de una empresa joven ya que nació como tal en 2005, A día de hoy, cuentan con 22 filiales, la mayoría participadas en más de un 60% y el resto con participaciones relevantes. En su carta de presentación se puede ver un bajo endeudamiento con un ratio deuda/ebitda de 1,7 veces, y el incremento del ebitda en un 59,7% y de las ventas en un 43% en 2012. En cuanto a la salida al MAB Carlos López, secretario general de Secuoya, afirma que "el MAB no es todo blanco ni todo negro, como instrumento de financiación, por ahora, no ha sido especialmente relevante, pero lo que sí nos ha dado ha sido visibilidad en el mercado y transparencia". A partir de este momento, lo que esperan es un interés por parte de los inversores por las empresas.

En septiembre de 2012 fondos gestionados por N+1 se incorporaron al accionariado de Secuoya mediante la adquisición, en dos tramos, del 55% del capital. En este sentido, N+1 comprometió un mínimo de 20 millones de euros adicionales para llevar a cabo proyectos estratégicos.

José María Castillejo de Oriol, presidente de Zinkia, más conocida por la marca Pocoyó, ha sido el encargado de presentar a la compañía. Presente en más de 43 países desarrolla tres modelos de negocio: producción y explotación de contenidos audiovisuales e interactivos, explotación de marca y publicitaria. "Queremos que España sea solamente una anécdota en nuestra cuenta de resultados, queremos ser globales", señala Castillejo de Oriol. De hecho, el presidente de la empresa ha recalcado que hay una descorrelación entre la situación de la compañía y su valoración en el MAB: "Conseguido un contrato en EEUU sobre 23 aplicaciones destinadas a que los niños aprendan y financiado por el gobierno estadounidense y el día que lo publicamos bajamos un 7%. Cada vez que publicamos una buena noticia la acción cae".

No obstante, tal y como indica Castillejo de Oriol, la compañía cuenta con 14 millones de ventas, se ha multiplicado por 6 veces y el nivel de endeudamiento no llega a 2 veces. "En el MAB falta liquidez y si no hay ventajas fiscales es difícil atraer a los inversores", concluye.

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