
La desconfianza no es sinónimo de falta de interés. La encrucijada en la que se encuentra inmersa la economía española en los últimos años ha propiciado la huida de unos inversores extranjeros que, pese a todo, empiezan a mostrar cierto interés por la bolsa española tras el cambio de discurso de Mario Draghi, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), después de que abriera la puerta en julio a la compra de deuda pública de quienes soliciten el rescate a Europa.
Aunque todavía no existen datos oficiales, sí hay indicios que reflejan que el interés de los gestores internacionales por las cotizadas españolas permanece latente, a la espera de que se produzca algún avance para solucionar los problemas económicos que sufre España. De hecho, en el último trimestre, los grandes valores de la bolsa española han recuperado levemente al inversor extranjero.
Por el momento, la cautela manda. "Los volúmenes son bajos y es difícil determinar si los inversores extranjeros están acumulando posiciones en la renta variable española", explica Luis Lorenzo, analista de Dif Broker. No será hasta diciembre cuando Bolsas y Mercados Españoles (BME) publique en su informe anual cómo se ha distribuido la propiedad de las acciones de las cotizadas españolas este año -en 2011, pese a la crisis, los inversores extranjeros alcanzaron el récord de presencia en el mercado español con un 40 por ciento, a sólo una décima del máximo registrado en 2009 (ver apoyo)-.
El artífice, Draghi y el cambio de su discurso
Hasta entonces, lo único cierto es que desde agosto, algunos brókers internacionales están acumulando papel para sus clientes de compañías como Inditex, Telefónica, BBVA, Iberdrola o Repsol. "No hay disponible información oficial y cierta al respecto, pero la impresión es que tras el cambio de discurso de Draghi, abriendo la puerta a intervenciones de respaldo por parte del BCE (...), algo de dinero extranjero ha vuelto a la bolsa española", añade Félix González, de Capitalia Familiar. "Sin que ello invalide el hecho, más que probable, de que nuestro mercado sigue infraponderado respecto a su peso en los índices de referencia en las carteras de los inversores internacionales", matiza.
De hecho, aunque el saldo neto que arrojan las operaciones de compra y venta realizadas por los inversores extranjeros que han decidido quedarse con los títulos de estos valores en sus carteras durante el último trimestre es positivo, el porcentaje no supera en ningún caso los cinco puntos porcentuales.
Un saldo comprador que, por lo pronto, indica que el interés existe. "Hemos notado un importante interés de los inversores internacionales por las empresas españolas. Y más allá de especulaciones a corto plazo, me refiero a posicionarse. Pero también es cierto que, en general, deciden esperar acontecimientos (políticos, financieros, europeos) para posicionarse con fuerza", añade José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España.
¿Quiénes gustan más?
Entre las seis compañías más capitalizadas de la bolsa española, Repsol e Iberdrola -ambas con una recomendación de mantener por parte del consenso de mercado recogido por FactSet- han sido las preferidas por los gestores internacionales para tomar posiciones en la renta variable española desde el mes de agosto (ver gráfico).
Poco les ha importado que los títulos de la petrolera y la eléctrica acumulen pérdidas en el parqué superiores al 20 por ciento en lo que va de año -aunque en el trimestre consiguen pulverizarlas-, ya que la diferencia entre las operaciones de compra y venta que han realizado las firmas extranjeras durante los últimos tres meses en ambas cotizadas arroja un saldo positivo del 4,75 y 4,28 puntos porcentuales, respectivamente.
La diferencia es menor cuando se trata de la gran banca española -BBVA y Banco Santander-. Después de que ambas entidades aprobaran el examen de Oliver Wyman, los gestores internacionales han visto en sus títulos una oportunidad para iniciar un acercamiento a la renta variable española. Desde agosto, el saldo entre el papel acumulado y el vendido es de 2,55 puntos porcentuales en BBVA y 2,18 puntos porcentuales en el Santander.
Otras, por el contrario, no han conseguido despertar a esos niveles el apetito de los gestores internacionales pese a sus sólidos fundamentales (como Inditex). No obstante, la que menos ha gustado a los brókers extranjeros entre todos los grandes valores españoles ha sido Telefónica (ver gráfico).
La economía española aún tiene retos por resolver. Bajo la sombra permanente del rescate, los inversores continúan a la espera de conocer cuál será el desenlace, por lo que "2013 debería ser un ejercicio donde veríamos algo más tangible que un mero interés", sentencia Campuzano.