Bien es sabido que el rumor vende más que la noticia, y ésto es exactamente lo que experimentó Reyal Urbis. Los títulos de la inmobiliaria se dispararon un 75%, hasta los 0,11 euros. Un poco de oxígeno para la compañía que no está viviendo sus mejores momentos.
De hecho, el pasado 23 de octubre, en un comunicado remitido a la CNMV, la empresa de Rafael Santamaría indicó que iniciaba negociaciones para conseguir refinanciación o tendría que solicitar concurso de acreedores, lo que le costó una caída del 21,64%. Además, el viernes, tras presentar sus resultados del tercer trimestre en el que registró pérdidas por valor de 257,93 millones, un 89 % más que en el mismo periodo del año anterior, el valor se desplomó un 14,29% marcando su mínimo histórico en los 0,06 euros.
Sin embargo, los números rojos no teñían el valor y la especulación tuvo mucho que ver en ello. La posibilidad de que refinancie su deuda evitando así el concurso de acreedores y seguir la estela de otras inmobiliarias como Martinsa-Fadesa, Habitat o Sacresa, provocó una euforia que catapultó a la compañía.
El volumen de negociación sobre el valor alcanzó los 702.646 euros, siendo los gestores más activos en compras Renta 4 -que también llevó la voz cantante en las ventas-, Gaesco Bolsa y Mercavalor. De hecho, estos tres brokers acumularon para sus clientes papel en la sesión, ya que el precio medio de compra fue superior al precio medio de venta.

Un sector en ruinas
Tras cinco años de crisis las empresas que centran su actividad en la venta de inmuebles han ido cuesta abajo y sin frenos cavando su propia tumba. Y es que en tan sólo un lustro, la mayoría de las cotizadas del sector presenta caídas en el parqué superiores al 90 %. Es más, antes de la subida de Reyal Urbis cedía en este periodo más de un 99%, ya que en 2007 sus títulos cotizaban a nada más y nada menos que 10 euros, una cifra que se antoja ahora imposible de alcanzar. Una de las principales causas ha sido el alto endeudamiento con el que muchas empresas del sector siguen combatiendo.