El Tesoro español ha colocado un total de 4.580 millones de euros en deuda a corto plazo, lo que supera el máximo esperado, de 4.500 millones. En concreto, ha adjudicado letras a 12 y 18 meses pagando unos intereses más bajos.
Para empezar, ha vendido 3.560 millones de euros en títulos con vencimiento a 12 meses, por los que ha ofrecido un rendimiento medio del 2,035%, frente al 3,07% de la anterior subasta, celebrada el 21 de agosto.
Además, ha captado otros 1.020 millones de euros con papeles a 18 meses, por los que abonará una rentabilidad media del 3,072%, desde el 3,34% anterior.
Se trata de la primera emisión tras el anuncio del programa de compra ilimitada de bonos que el BCE pondrá en marcha para socorrer a países en apuros y que se espera que España solicite más pronto que tarde.
La semana pasada, el nuevo plan de Mario Draghi, unido al de la Fed, que lanzará un nuevo QE3, redujo considerablemente las tensiones sobre la deuda española. Sin embargo, la falta de concreción por parte del Gobierno de Mariano Rajoy ha hecho resurgir la incertidumbre.
A pesar de la tensión, los tramos de corto plazo han suscitado el interés de los inversores. Así, en el caso del tramo a un año la demanda que ha superado en dos veces lo ofrecido por el Tesoro. Por su parte, las letras a 18 meses presentaron un ratio de cobertura de 3,56 veces.
El desarrollo ha sido tal y como habían previsto los analistas, que estimaban que la emisión de hoy se desarrollaría sin problemas para España, y esperan con más expectación la subasta que celebra este jueves el Tesoro: obligaciones a tres y diez años, un bono nuevo en el primer caso y la reapertura de una emisión a diez años con vencimiento en enero de 2022.
Con estas dos referencias España prevé conseguir también entre 3.500 y 4.500 millones de euros.
El Tesoro pisa el acelerador esta semana
