Bolsa, mercados y cotizaciones

La economía y las bolsas demandan otra 'lluvia' de dólares a Bernanke

  • La Fed podría anunciar nuevos estímulos en la reunión de esta semana
  • El enfriamiento de la recuperación y la debilidad del mercado laboral preocupan
En la imagen, el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke.

Washington, tenemos un problema. Si pudiera hablar, este sería el mensaje que la economía de Estados Unidos, con Wall Street a la cabeza, enviaría a las autoridades norteamericanas. En especial, a una. A la Reserva Federal (Fed), el banco central estadounidense, que se reúne el martes y el miércoles en medio de un entorno que demanda nuevos estímulos para reactivar una recuperación que languidece por momentos, contagiada de forma creciente por la debilidad y las tensiones que exporta la Eurozona. Gráfico: Las claves de las reunión de la Fed

Es más, puede que incluso la entidad presidida por Ben Bernanke se vea obligada a actuar antes; hoy mismo, si es que el resultado de las elecciones de Grecia acrecienta los temores de que el país pueda salir del euro, una circunstancia ante la que los principales bancos centrales del mundo ya han anticipado que están dispuestos a reaccionar de urgencia para contener el miedo inicial con más liquidez.

Si al final la Fed no debe intervenir con tanta emergencia, tendrá unas horas adicionales para reposar su decisión. Porque lo que está claro es que cuando los miembros del Comité Federal del Mercado Abierto (FOMC), que es el órgano de la Fed que define la política monetaria en EEUU, se reúnan, escucharán de fondo esa reclamación: ¡Queremos más estímulos! ¿Atenderá la institución esta petición. No es descartable. "Continuamos totalmente preparados para tomar acciones adicionales si es necesario. Esas herramientas permanecen completamente sobre la mesa", aseguró Bernanke en la reunión de finales de abril y mantuvo, posteriormente, hace dos semanas.

Abanico de posibilidades

¿A qué herramientas se refiere? Principalmente a dos. La primera, la posibilidad de prolongar la denominada Operación Twist. Es decir, la iniciativa que adoptó en septiembre de 2011 para intentar mantener baja la rentabilidad de la deuda pública a largo plazo, que resulta clave para el sector financiero e hipotecario de EEUU, mediante la compra de bonos con una vida comprendida entre los seis y los treinta años y la venta, en paralelo, de títulos a tres años o menos. Este programa, dotado con 400.000 millones de dólares, caduca a finales de junio, con lo que Bernanke podría optar por alargarlo con el fin de que los rendimientos continúen bajo mínimos. Y lo están, porque en estos momentos la rentabilidad de los bonos a 10 años se encuentra en el 1,6%, con lo que se mueve en los niveles más bajos de la historia.

Cuando la Fed comenzó a bailar el twist en septiembre, lo hizo porque interpretó que la situación requería algún tipo de respuesta, pero sin que ésta fuera tan intensiva como una nueva ronda de estímulo cuantitativo (QE). Nueve meses después, Bernanke se enfrenta al mismo dilema, puesto que la ralentización del crecimiento vuelve a alimentar la posibilidad de que ponga en marcha una tercera oleada (QE3) de impresión de dólares.

A priori, los expertos creen que Bernanke se inclinará por la primera alternativa. "Una opción factible podría ser ampliar el Twist más allá de su vencimiento en junio", anticipa José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España. Sería el camino más sencillo, puesto que no implica tanto riesgo como adoptar el QE3, una medida que siempre genera polémica y que esta vez podría resultar aún más controvertida ante la proximidad de las elecciones. Además, el deterioro económico aún no es tan acusado como para actuar con tanta urgencia. "Creemos que es probable que se guarden su munición para emplearla en caso de que la situación de la Eurozona empeore", opinan los expertos de Royal Bank of Scotland (RBS).

El riesgo, a la espera

La decisión y el diagnóstico que la Reserva Federal ofrezca serán claves para los inversores. Sobre todo, a la hora de tomar posiciones en los activos con riesgo, con la bolsa y las materias primas como principales exponentes. Ya ocurrió con las dos primeras rondas de expansión cuantitativa. "Si Estados Unidos entiende que no puede esperar a que los políticos europeos solucionen el problema y anuncia un QE3 (2012 es año de elecciones), nos podemos asegurar semanas o meses de subida de los activos de riesgo", vaticina Miguel Paz, de Unicorp Patrimonio.

La dualidad, por tanto, está servida. Cuantos más estímulos envíe Bernanke, mayor será la reacción alcista inicial de la renta variable, el petróleo y el oro y más caerá el dólar. Es decir, mayor será el retorno del apetito por el riesgo a los mercados internacionales. Y al contrario: si la Fed opta por esperar y ver y se limita a prorrogar la Operación Twist, que es lo mínimo que espera el mercado, la decepción puede abrirse paso en esos activos, al tiempo que el billete verde se puede fortalecer.

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