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¿Qué va a suceder con los que tengan preferentes de Bankia? El inversor asumirá una pérdida

Los clientes que invirtieron en preferentes de Bankia se encuentran a la espera de una solución que, además, tendrá que aprobar el fondo europeo que acabe prestando el dinero al Estado español para capitalizar Bankia. Hasta que esto suceda, lo único certero es que los tenedores de preferentes asumirán una pérdida. La solución que se les puede plantear está abierta.

La primera preocupación del equipo gestor que capitanea José Ignacio Goirigolzarri, al frente de una Bankia nacionalizada, es qué solución se le puede dar a las preferentes procedentes de Caja Madrid, que contrataron los mejores clientes de la entidad. Se trata de uno de los paquetes más grandes que aún circula en el mercado, emitido en 2009, por un importe de 3.000 millones de euros, que ofrecía un cupón de atractivos intereses. Sin embargo, las pérdidas registradas por el banco en 2011 acabaron con el pago de intereses. Ahora, los miles de clientes que invirtieron en estas participaciones se encuentran atrapados, sin entender que se trataba de deuda prácticamente perpetua, a la espera de una solución que, además, tendrá que aprobar el fondo europeo que acabe prestando el dinero al Estado español para capitalizar Bankia. Hasta que esto suceda, lo único certero es que los tenedores de preferentes se deben mentalizar de que asumirán una pérdida patrimonial, que variará en función de la solución que tenga uno de los productos peor vendidos por las redes comerciales bancarias en nuestro país.

A partir de ahí, los escenarios que se pueden producir son muy distintos. Uno de los primeros aspectos a tener en cuenta es que estas participaciones cotizan en el mercado secundario con un descuento del 37 por ciento, según el último precio de referencia a 15 de junio que señala AIAF. Dado su caracter perpetuo, el único modo de deshacerse de estas participaciones es su venta en el secundario, un mercado en el que el cruce de operaciones es muy escaso, debido a su limitada liquidez. Sin embargo, aunque ahora se busque una solución para esta emisión, la entidad ya ha ido dando carpetazo a otras anteriores, en las que ofreció la recompra de estos títulos por el 100 por cien del nominal a cambio de la suscripción de acciones. Ahora, tras la nacionalización de BFA el pasado 9 de mayo, la solución debe ser aprobada por las autoridades europeas.

Desde depósitos y bonos...

Qué pasará al final, aún es una incógnita. Sin embago, podemos contemplar distintas hipótesis. La primera es que estas participaciones preferentes se conviertan en productos alternativos, como depósitos o bonos con descuento menor respecto al nominal, que ofrezcan mayor liquidez y sean más comprensibles para el ahorrador.

Para ambas modalidades ya existen precedentes. La diferencia es que ninguna de las entidades protagonistas había sido nacionalizada. En el primer caso -es decir, entidades que han optado por canjear sus preferentes por otro tipo de deuda- se encuentra Banesto, que en febrero convirtió 497 millones de estas participadas en bonos simples, que ofrecían un interés del 3 por ciento.

En segundo lugar, entre las cajas y bancos que se han decantado por ofrecer depósitos, figuran BMN o Cajasur, ahora integrada en KutxaBank. Una tendencia imitada por Caja-Duero-España o Liberbank en la última semana. De hecho, esta opción es la que suena con más fuerza cuando se especula con la solución que Bankia brindará a los tenedores de preferentes.

Pero este acelerón en la búsqueda de soluciones no es casual, detrás se encuentra la inminente ayuda pública europea que recibirá el sector bancario para recapitalizarse, de hasta 100.000 millones de euros. Una ayuda que llevaría implícita algunos condicionantes, entre ellos que los tenedores de preferentes y subordinadas carguen con parte del saneamiento. Como por ejemplo, que los bancos que precisen recursos públicos estén obligados a transformar en capital estos instrumentos por acciones con elevados descuentos sobre la inversión realizada.

...hasta acciones

Sin embargo, la conversión de preferentes en acciones tiene consecuencias. Una es la dilución de capital para el accionista. Y otra es que el precio inicial de conversión es fundamental a la hora de asumir pérdidas.

No hay duda de que la evolución de los títulos de Bankia en bolsa no ha sido favorable desde que dio el salto al parqué en julio de 2011, en los 3,75 euros. Desde entonces, su cotización acumula descenso tras descenso. Las dificultades por las que atraviesa el sector, junto a la nacionalización de BFA, llevaron a las acciones de la entidad presidida por Goirigolzarri hasta los 2,13 euros, un 40 por ciento por debajo de su estreno en el parqué. Y bajando, ya que desde entonces la valoración que le otorgan los expertos ha caído un 80 por ciento, hasta los 0,51 euros. Precisamente, ese es el peligro que persigue a los tenedores de preferentes de Bankia, que su valoración augura más caídas. Aunque hay escenarios y escenarios.

No es lo mismo que las participaciones se conviertan en acciones al precio en el que la entidad salió a bolsa (3,75 euros), a que se transformen en acciones al precio en que Bankia fue nacionalizada (2,13 euros) o que se canjeen a precios de mercado (0,92 euros). Éste último es el más favorable para el ahorrador. Con un ejemplo queda más claro. Supongamos que invirtió 1.000 euros en preferentes, y que ahora le ofrecen canjearlas por acciones a 3,75 euros -el precio de salida a bolsa de Bankia-. Recibiría 266 acciones, por las que obtendría 244 euros si decidiera venderlas en el mercado.

Otro escenario es que el cliente asuma minusvalías y se le ofrezca un producto de inversión alternativo que brinde un alto interés con el que compensar las pérdidas; aunque, en el contexto actual, es imposible entrar en la guerra de brindar elevados intereses.

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