La primera comparecencia ante la prensa de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno fue el casus belli que provocó que la prima de riesgo española superara por primera vez desde el nacimiento del euro el peligroso nivel de los 500 puntos básicos.
De nada sirvió que el presidente defendiera que "Bankia no tiene absolutamente nada que ver con el riesgo país" o que, después, enfatizara que "no va a haber ningún rescate para la banca española". Ese 28 de mayo ya ha hecho historia. Pero lo peor es que desde entonces, el diferencial del bono español con respecto al alemán ha sido incapaz de situarse por debajo de esa cota.
Ayer cerró en los 536 puntos frente a los 539 puntos del miércoles pero esta distensión ha sido la excepción en un mes que empezó con la incertidumbre, aún no resulta, de una hipotética salida del euro de Grecia, tras el fracaso en las urnas de los dos únicos partidos que apoyan el plan de ajuste, y que acaba con las dudas sobre si el Fondo de Rescate podrá o no rescatar a los bancos saltándose a los Gobiernos. Este batiburrillo político, unido a la gran crisis de Bankia, explican que el diferencial entre el bono español y el alemán haya despedido su cuarto mes consecutivo al alza y, lo que es peor, haya cerrado mayo con el mayor repunte mensual desde julio de 2011. En concreto, España ha pasado de pagar una prima de 410 puntos sobre el bund a otra de 536 puntos básicos.
Un nivel que, en anteriores ocasiones y con anteriores protagonistas, se ha traducido en un rescate - Grecia lo solicitó dos días después de que su prima de riesgo alcanzara ese nivel, Irlanda tardó 18 días y Portugal, seis-. Pero España, de momento, está consiguiendo que esa historia no se repita. Y la razón es sencilla: el rendimiento del bono aún permanece por debajo del crítico nivel del 7%, aunque fue en los niveles actuales, el 6,56%, "en los que a final del año pasado la dimisión de Berlusconi hizo que el BCE actuase masivamente en el mercado secundario", recuerda Miguel Paz.
Sin embargo, no parece que la institución monetaria esté muy por la labor de repetir esa intervención. De hecho, lleva once semanas consecutivas sin comprar deuda pública de la eurozona y ayer su presidente, Mario Draghi, alejó aún más esa posibilidad. "¿Puede el BCE llenar el vacío de la falta de acción de los Gobiernos en el frente presupuestario? La respuesta es no, no es nuestra obligación, no está en nuestro mandato", afirmó.
Por ello, quizá la subida del 13,8% que ha experimentado el bono español en el último mes, la mayor desde noviembre, puede que no sea la última. Tampoco en el caso italiano, cuya deuda a diez años ha repuntado del 5,51 al 5,81%.
Nuevo mínimo del 'bund'
El futuro que le espera al bono alemán es bien diferente. Ayer volvió a marcar un nuevo mínimo histórico en el 1,25%, por lo que ya acumula cinco sesiones consecutivas con rentabilidad a la baja, su mejor racha desde enero. Pero ahí no acaban las buenas noticias. Sólo en mayo su rendimiento ha caído más de un 24% convirtiéndose así este mes en el mejor de su historia.
La misma racha se repite en otros bonos considerados seguros por los inversores. Por ejemplo, la deuda francesa a diez años marcó ayer un mínimo histórico en el 2,36% y la holandesa hizo lo propio en el 1,65%. Para ambos bonos mayo también fue el mejor mes de toda su historia.