Cuando se afirma que muchos inversores estarán pendientes del dividendo de Telefónica no es en vano. La compañía de telecomunicaciones cuenta con más de un millón de accionistas, concretamente con alrededor de 1,42 millones, que sin duda esperan como agua de mayo la retribución que pagará la operadora en la segunda quincena de ese mes, el día 18.
El último dividendo que Telefónica distribuirá a cargo de 2011 viene cargado de novedades. No solo por los cambios en la política de retribución, sino porque las caídas del título en el parqué amplían el atractivo de la remuneración para aquellos inversores que no tengan el valor en cartera y compren telefónicas a estos precios.
El jueves, las acciones de la compañía perdieron los 11 euros -cedieron hasta los 10,765 euros-, un nivel al que no caían desde agosto de 2004. Finalmente cerraron la semana en los 11,06 euros, lo que supone una rentabilidad del 7,5 por ciento para los 0,83 euros que abonará en mayo.
El nuevo esquema
Lo primero que debe tener claro el accionista es el paso que ha dado la compañía que preside César Alierta en su política de dividendo. La teleco mantiene intacto el importe total que se había compromentido a pagar en mayo, 0,83 euros por acción, del cuál 0,53 euros serán entregados en efectivo. Hasta ahí no hay cambios respecto a lo que anunció en diciembre. El matiz es cómo se pagarán los 0,30 euros restantes, y aquí Telefónica pretende aprobar en la Junta del 14-15 de mayo la fórmula del scrip dividend, con la que la empresa amplía capital para remunerar con acciones.
Ahora bien, el accionista podrá elegir si prefiere recibir esta parte del dividendo también en efectivo o si se acoge a la entrega de acciones. Aunque aún no hay calendario de cómo se pondrá en marcha el programa.
Adicionalmente, la compañía quiere amortizar 84,21 millones de acciones propias de autocartera, un 1,845 por ciento. Por tanto, habría que tener en cuenta esta operación para saber el efecto dilutivo que supondrá la remuneración con scrip dividend.