Los inversores tienen razón en ver el acuerdo sobre la deuda griega con escepticismo y deberían reducir en consecuencia su exposición al riesgo, según el gestor de Pimco Mohamed El-Erian. Y Grecia sólo es el mayor de una serie de riesgos geopolíticos con los que debe lidiar el mercado -los otros son Irán y Siria- y que pueden causar distorsiones fuertes y rápidas, según el co-CEO del mayor fondo de bonos del mundo.
"El mercado está siendo muy racional al decir que es un paso pero no es todavía un paso suficientemente grande", opina sobre el acuerdo con Grecia anunciado a principios de semana. "Fundamentalmente, Grecia va a tener que encontrar una forma de restaurar el crecimiento y la competitividad. Si no lo hace, el capital privado no va a acudir y si el capital privado no acude, no tienes el oxígeno que necesita una economía", añade.
Además, el acuerdo, que probablemente hará que los bonistas pierdan más del 70% del principal más reducciones en los pagos de cupones de los bonos griegos, afronta un riesgo de ejecución. El acuerdo todavía tiene que ser aprobado por los componentes de la troika -el BCE, el FMI y la Comisión Europea- que lo negociaron. Y el pacto incluye a los acreedores públicos y privados.
¿Y el crecimiento?
Las medidas de austeridad exigidas al país a cambio del rescate amenazan con impedir el crecimiento necesario para que pueda pagar sus obligaciones en el futuro. Muchos economistas creen que Grecia terminará abandonando la Unión Europea para no estar atada por las restricciones que impone la moneda única.
"Se trata de decisiones cruciales que sólo puede tomar la sociedad griega. Hasta ahora todo ha sido dar patadas hacia delante a la pelota, pero nadie quiere tomar una decisión crucial", según El-Erian.
En el nivel global, El-Erian cree que el riesgo de contagio de Grecia y la posible interrupción del suministro de petróleo de Irán y Siria suponen un riesgo aún mayor. Si cualquiera de estas situaciones vive una escalada, los bancos centrales tendrán una capacidad muy limitada de respuesta después de la masiva expansión de sus balances y las políticas de tipos cero adoptadas tras la crisis financiera de 2008.
Aunque en recuperación, la economía de EEUU está de alguna forma más expuesta a un acontecimiento como el colapso de crédito que ocurrió tras la caída de Lehman Brothers en septiembre de 2008, porque la economía está más débil ahora que entonces, explica. "Tenemos menos flexibilidad económica y política; esa es la mala noticia", afirma. "La buena es que los bancos centrales están haciendo todo lo que pueden para limitar los daños al sistema de pagos y compensación", afirma.
Con la subida de las bolsas de este año, El-Erian sugiere que los inversores deberían tomar beneficios y aumentar su exposición al oro y al petróleo, y concentrar sus posiciones en bonos en la parte media de la curva de tipos: en activos entre cinco y siete años.