
El consejero delegado de Pacific Investment Management Co. (PIMCO) asegura en un editorial publicado en el Financial Times que por "valiente" que parezca el acuerdo alcanzado en Grecia, el plan "sólo durará unos cuantos meses en el mejor de los casos".
Mohamed El-Erian explica que ninguna de las tres partes implicadas, es decir, el Banco Central Europe, la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional, "quieren asumir la responsabilidad de un cambio de rumbo por temor a que pudieran ser culpados de una alteración del orden público o una salida potencial de la zona euro", añade.
En este sentido, el CEO de Pimco, destaca que hay que reconocer que, lamentablemente, "sólo existe una pequeña posibilidad de reconducir al país a la senda del crecimiento, la creación del empleo y la estabilidad financiera", apunta.
Desde su punto de vista, lo que Grecia necesita "es una reforma económica, financiera e institucional". "Este reajuste no es fácil y, de hecho, es arriesgado pero hasta que no esto no ocurra, las rondas de negociaciones se sucederán con el descarrilamiento de acuerdos y la búsqueda de culpables", añade.
Para El-Erian, lo que ocurrirá próximamente ya es más que evidente, según indica en el FT. "Me temo que este acuerdo no es el final. Dentro de unos meses, las partes implicadas probablemente volverán a la mesa de negociaciones , mientras Grecia sigue mirando hacia el abismo".
El consejero delegado de Pimco pone de manifiesto que durante los últimos meses, los acreedores oficiales de Grecia no han hecho más que bombear fondos al país. "En el proceso, los políticos de la eurozona se han enfrentado a una considerable oposición interna - destacando, por supuesto, Alemania", reconce. "También han arriesgado la integridad y la credibilidad del Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional", añade.
Sin embargo, desde su punto de vista, toda esta financiación oficial ha hecho poco por mejorar las perspectivas de Grecia a largo plazo. De hecho, en lugar de atraer nuevas fuentes de financiación privada, ha permitido que algunos de los acreedores privados del país hayan podido cobrar sus inversiones, cuando éstas maduraron, sin registrar pérdida alguna en la inversión principal.