El pasado 9 de febrero, los miembros del Comité de Política Monetaria del Banco de Inglaterra (BoE, por sus siglas en inglés) decidieron incrementar en 50.000 millones de libras el programa de recompra de activos, hasta los 325.000 millones de libras. Pero no fue por unanimidad. Dos de sus integrantes, Adam Posen y David Miles, querían una ampliación mayor, de 75.000 millones de libras, según consta en las actas de la reunión publicadas hoy.
De acuerdo con los dos disidentes, era necesaria una mayor inyección de liquidez por el riesgo de que la demanda continúe deprimida durante un periodo de tiempo prolongado. Como consecuencia, la inflación podría caer "materialmente por debajo" del objetivo del BoE, fijado en el 2%, a medio plazo.
Donde sí hubo acuerdo fue en la decisión de mantener intactos los tipos de interés, que siguen en el 0,5%, su nivel mínimo histórico, desde marzo de 2009.
En su reunión de los pasados 8 y 9 de febrero, la institución que gobierna Mervyn King decidió mantener los tipos de interés en el 0,5%. Al mismo tiempo, optó por aumentar su programa de recompra de activos mediante la emisión de reservas hasta los 325.000 millones de libras (unos 389.000 millones de euros), desde los 275.000 millones anteriores. Ambos movimientos eran esperados por el mercado.
En su informe, el BoE indicaba que espera una gradual mejora de la situación económica a final de año, aunque a corto plazo pronostica un crecimiento "débil" debido a la delicada situación que atraviesa la zona del euro, las condiciones de crédito más estrictas y la consolidación fiscal.
En este contexto económico, y tras las apreciaciones que se recogen en las actas de la reunión, una de las conclusiones que se extrae es que el BoE deja la puerta abierta a nuevas inyecciones de liquidez. "Esperamos que anuncien un aumento en otros 50.000 millones de libras en mayo. Después no vemos más movimientos, ya que la economía se recuperará en la rsegunda mitad", afirma Victoria Cadman, economista de Investec Securities.