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Las entidades hacen el mayor depósito en el BCE por la espiral de desconfianza

Los problemas del sector financiero continúan. Las entidades siguen sin fiarse unas de otras y el temor alcanza máximos históricos. Los datos publicados ayer así lo certifican. La banca europea depositó ayer la cifra récord de 453.181 millones de euros, en vez de prestarlos y sacar un provecho mayor a su exceso de liquidez.

Desde que estallara la crisis esta práctica ha ido en aumento con el fin de salvaguardar los fondos y evitar cualquier riesgo. En circunstancias normales esta operativa es poco habitual al ser más rentables las condiciones que ofrece el mercado del dinero. La semana pasada, las entidades de la zona euro llegaron a ingresar en un sólo día poco más de 452.000 euros. A finales del ejercicio 2010, la cifra apenas superaba los 100.000 millones.

El BCE paga por estos recursos, que se pueden aparcar durante 24 horas, un 0,25% de interés, una rentabilidad que es cuatro veces inferior a la que pagarían las entidades más necesitadas, de un 1%.

El depósito en el organismo comunitario demuestra que hay liquidez suficiente, aunque está repartida de forma heterogénea. Uno de los motivos de este exceso es el dinero que las entidades captaron en la subasta extraordinaria de diciembre de la institución que preside Mario Draghi, que ascendió a casi 490.000 millones con un vencimiento a tres años y a un tipo de interés del 1%.

Mucha liquidez, pero desigual

El analista de Commerzbank, Cristoph Balz, indicó a Efe que lo sucedido en las últimas semanas refuerza la idea de que "hay mucha liquidez en el mercado, pero que está repartida de manera desigual".

Hay entidades que aún tienen gran dependencia del BCE para hacer frente a sus necesidades diarias. Los préstamos solicitados al ente comunitario se mantuvieron en cifras récord, a pesar de la caída experimentada con respecto al reclamo de la semana pasada. Este crédito de emergencia ascendió ayer a los 15.012 millones. El jueves la cuantía llegó a 17.300 millones, el récord en más de dos años.

Por esta facilidad, las entidades tienen que pagar un interés del 1,75%. En el mercado interbancario la tasa sería más barata, de un 1%, pero en el sector la incertidumbre continúa siendo elevada. En este contexto, las entidades que se han quedado cortas de liquidez y están pasando apuros se han visto obligados, de nuevo, a acudir al BCE y pagar más.

Otros expertos destacan además que el circuito del dinero continúa cerrado, a tenor de los acontecimientos. Argumentan que los bancos prefieren poner a buen recaudo los fondos en vez de dedicarlos a la economía real, es decir, a poner en marcha el sistema del crédito a familias y empresas.

Éste es, precisamente, la última finalidad que perseguía el BCE con la subasta extraordinaria de diciembre. La siguiente puja se celebrará en febrero con las mismas condiciones. Los expertos y el sector esperan que en esta ocasión la demanda de dinero se mantenga alta, aunque por debajo de la anterior.

Las entidades se cuidarán en salud y solicitarán más fondos de los necesarios, no sea que el entorno empeore y las tensiones en el mercado se agudicen.

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