
El pánico que se desató ayer en las bolsas europeas no parecía tener un causante claro. Sin noticias nuevas sobre el tema, el pánico se desataba entre los inversores, con especial castigo para bancos y aseguradoras. O quizás sí que había noticias nuevas. Steve Goldstein, columnista del portal financiero MarketWatch, se atreve a ponerle nombre y apellidos al causante: Christopher Noyer, gobernador del Banco Central de Francia y miembro del consejo del Banco Central Europeo.
En una noticia publicada el viernes en el diario Internacional Herald Tribune, titulada "el regulador francés ve un decoupling parcial entre Estados Unidos y las economías de la zona euro (es decir, la descorrelación en el comportamiento de ambas economías)", el noveno párrafo, eliminado ahora en la versión online, hacía saltar las alarmas.
En la noticia, Noyer comentaba: "estoy razonablemente confiado en que los bancos franceses capearán estas turbulencias sin mayores problemas, incluso aunque, como todos los bancos del mundo, está en proceso de depreciación de sus activos". Estos comentarios fueron suficientes para que bancos como Societe Generale (GLE.PA) perdieran un 8,24% el viernes y un 7,99% ayer.
Además, el banquero añadía que estaba evaluando los balances de el propio Societe y de BNP Paribas (BNP.PA) y de otros grandes bancos franceses antes de que presentaran los resultados de 2007. Con ello consiguió que el sector bancario francés sufriera fuertes pérdidas. Y es que parece claro que las palabras de Noyer no eran un brindis al sol.
Más leña al fuego desde China y Alemania
El lunes, dos noticias más terminaron de asustar a los inversores y de sembrar dudas sobre el sistema financiero internacional. El diario chino South China Morning Post publicaba ayer que Bank of China podría unirse a la ya muy larga lista de entidades "pilladas" con activos contaminados por las hipotecas subprime, lo que le obligaría a amortizar 8.000 millones de dólares. Además, el banco alemán West LB anunciaba pérdidas por la misma razón y más provisiones, lo que obligaba a sus accionistas (el estado de Westfalia, principalmente), a "rescatarle".
Para completar el cóctel, seguían coleando , indispensables para que el mercado de deuda secundaria los problemas de las aseguradoras de bonos estadounidenses funcione, podrían tener muchas dificultades para seguir con su actividad. El viernes, el famoso analista Jim Cramer hablaba de que el Gobierno de Estados Unidos debía salvar estas empresas para evitar un efecto dominó que podría colapsar a todo el sistema financiero. De paso, los analistas se veían decepcionados con el plan de Bush para afrontar la crisis.
Así, la crisis del sector financiero desatada por las hipotecas de alto riesgo en Estados Unidos parece devenir en un problema global, lo que alimenta el miedo a que la recesión en el país norteamericano afecte al mundo entero, desterrando las optimistas teorías del decoupling. Justo lo contrario de lo que parecía querer decir Noyer.