Bolsa, mercados y cotizaciones

Los bancos firman el armisticio de la 'guerra del depósito' en el 3%

  • El lunes entra en vigor el Decreto de Ley impulsado por Elena Salgado
  • Obliga a ofrecer un interés ajustado de euribor a 12 meses más 100 puntos

Seguramente ésta no sea la primera vez que lee un titular que anuncia el fin de la denominada guerra del pasivo, la lucha despiadada que iniciaron bancos y cajas de ahorro hace ya tres años para poder captar fondos entre los ciudadanos de a pie, ante las crecientes dificultades para financiarse en los mercados.

Pero quizá sí que esté a punto de firmarse el armisticio a esa batalla por captar liquidez que requiere remontarse hasta 2007, con el estallido de la crisis de las hipotecas subprime, para entender cómo la escasez de crédito ha condicionado la forma de ahorrar en España desde 2008.

En cualquier caso, el siguiente hito en esta historia se producirá el próximo 4 de julio. Ese día entrará en vigor el Real Decreto impulsado por Elena Salgado, la vicepresidenta económica del Gobierno, que regula los recursos propios de bancos y cajas.

A quién penaliza la ley, y a quién no

Esta nueva normativa penalizará a las entidades bancarias con sede en nuestro país y adscritas al Fondo de Garantías de Depósitos que comercialicen productos con vencimiento entre 3 y 12 meses que ofrezcan un rendimiento superior al euribor a 6 meses (actualmente en 1,79 puntos) más 150 puntos básicos, o lo que es lo mismo, que oferten rentabilidades superiores al 3,28%.

En el caso de aquellos depósitos cuya duración supere los doce meses, se aplicarán correctivos a las entidades que ofrezcan una rentabilidad superior al euribor a 12 meses (que ayer marcó los 2,17 puntos) más cien puntos básicos. O lo que es lo mismo, todo banco o caja de ahorros que intente colocar productos con una rentabilidad superior al 3% estará obligada a quintuplicar las aportaciones que efectúe actualmente al Fondo de Garantía. Es decir, que con la aplicación de esta nueva ley, el Gobierno pone fin a los superdepósitos.

En el mes que ha transcurrido desde su aprobación, el pasado 3 de junio, hasta su entrada en vigor, la respuesta de numerosas entidades se ha encaminado más a ampliar el periodo de contratación de aquellos productos a doce meses que ofrecían rentabilidades superiores. Tal ha sido el caso, por ejemplo, de Sabadell o BBVA; el plazo de sendos depósitos que ofrecían al 4% ha expirado ahora a finales de junio.

Otras entidades han optado por ser las primeras en adaptarse a la nueva norma, bien mediante nuevos vehículos para el ahorro, como fue el caso de Caja Murcia, o bien rebajando la rentabilidad de productos ya presentes en la red de oficinas, como hizo CaixaBank al rebajar del 4 al 3% el rendimiento de su depósito a doce meses. El último producto de este tipo en salir al mercado, esta misma semana, pertenece al Banco Popular. Y está ajustado al milímetro con las exigencias de la nueva normativa, pues ofrece exactamente un 3,1%.

Pero, como dice el refrán, a río revuelto ganancia de pescadores. Porque la ley Salgado sólo penaliza a aquellas entidades extranjeras que estén presentes en España mediante filiales, pero no a las que operan a través de sucursales, como ING o de Espirito Santo.

El banco luso sigue encabezando en estos momentos la Primera División de la liga de los depósitos (los productos más atractivos que ofrecen las entidades del mercado español con mayor tamaño de activos, y que se repasa semanalmente en Ecobolsa), al ofrecer un 4,26% a doce meses. Aunque la auténtica polémica la encierra el depósito Cristiano Ronaldo, que salió al mercado a finales de mayo, y que remunera la entrada de dinero nuevo con un interés del 4,8 por ciento, con vencimiento a 24 meses.

Adiós al extratipo

En cualquier caso, la aprobación de la Ley Salgado deja definitivamente atrás los depósitos que se vieron obligadas a comercializar un amplísimo abanico de entidades del mapa financiero español, con el gancho de rentabilidades superiores en muchos casos al 5 ó el 6 por ciento TAE (tasa anual equivalente) para poder captar pasivo.

En 2008, los depósitos extratipados se convirtieron en la norma, y no en la excepción, en el mercado del ahorro.

Los bancos ya venían de atravesar unos meses de vacas flacas a cuenta del estallido de la crisis de crédito primero en EEUU, y después en el resto del mundo, y que atacaba a uno de los vínculos de mayor duración entre cualquier entidad financiera y sus clientes, las hipotecas. Ya el 23 de octubre de 2007, el consejero delegado de Banesto, José García Cantera, declaraba a este periódico que los efectos de las turbulencias financieras en el mercado de crédito "están aquí para quedarse". Y de qué modo.

Hasta entonces, la principal fuente de financiación para los bancos había sido mediante la emisión de deuda corporativa. Pero la quiebra de Lehman Brothers desató un movimiento de corrección generalizado en todas las bolsas, en el que los bancos fueron los más castigados por los bajistas.

Fue el año en el que se puso nombre al cliente más temido por las entidades bancarias: el subastero, el que no guardaba ninguna lealtad a ninguna sucursal, y por el que bancos y cajas empezaron a pelearse a cualquier precio al seguir acusando la escasez de crédito, fruto de la desconfianza de los inversores institucionales y del desfavorable entorno macroeconómico desfavorable. Pues, amén de las caídas de las bolsas, tampoco jugó en favor de las entidades la apreciación del euro contra el dólar, ni tampoco las subidas del precio del dinero en la zona euro. Los tipos se mantuvieron en el 4,25% hasta octubre (en los dos meses siguientes el BCE los recortó en hasta tres ocasiones, hasta el 2,5%). El euríbor se movía en niveles de 5,5 puntos. Y había quien ofrecía más del 6 por ciento por el dinero, una estrategia que dañaba al propio margen de intermediación del banco. Por ejemplo, el 31 de octubre de 2008 vencía el depósito bienvenida de Bankinter a clientes con dinero nuevo, que ofrecía una rentabilidad ¡del 11%! durante el primer mes.

La bajada de los tipos de interés se dejó notar durante el 2009, en el que se relajaron los rendimientos de los depósitos por el efecto dañino que estaban teniendo sobre los márgenes operativos de las entidades. El nuevo pico de tensión en la guerra del pasivo llegó al año siguiente.

Primero fue Popular con su depósito Gasol, que ofrecía un 3,75% a un año para dinero nuevo sin la exigencia de contratar otros productos. Rápidamente se sumaron Sabadell y Openbank a la contienda, ofreciendo un 4% al ahorrador. Incluso Santander tuvo que apuntarse a la guerra de guerrillas con una estrategia defensiva, ofrecer un 4 por ciento a sus clientes pero a pie de ventanilla, sin publicitar en ningún sitio.

La táctica del tú a tú para rascar rentabilidades por encima de lo estipulado oficialmente se sigue utilizando en la actualidad, tanto para captar al subastero como para evitar la fuga a otras entidades de los ahorros del cliente de toda la vida.

El escenario que está por venir

El 7 de julio tendrá lugar la reunión del BCE. Trichet ya ha repetido en dos ocasiones durante el último mes que ha puesto los tipos de interés "bajo fuerte vigilancia", vocablo que suele utilizar para anticipar una subida de tipos de interés que ya están descontando los mercados.

De producirse, en los próximos meses podrían volver a verse depósitos al 4% en función de las subidas del euribor. Pero serán rendimientos mucho más ajustados al coste de la vida.

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