La aerolínea tendrá que esperar a 2013 para no tener deuda y alcanzar una caja de 240 millones. Sus atractivos fundamentales la convirtieron en estrategia del Eco10 en la última revisión.
Importantes sinergias y la solidez del grupo. Ésas eran algunas de las razones por las que los analistas confiaban en International Consolidated Airlines (IAG) cuando hace ya casi cinco meses se estrenaba en bolsa tras fusionarse con British Airways.
Desde entonces han ocurrido muchas cosas y no todas buenas. La compañía ha jugado con el viento en contra porque, entre otras cosas, ha tenido como compañero de viaje a un petróleo disparado por culpa de las revueltas árabes, pero aún así la aerolínea ha sido capaz de defender sus buenos fundamentales.
Y es que a pesar de todo, los expertos recomiendan adquirir los títulos de IAG y confían en que sorteará las dificultades de su carácter cíclico multiplicando casi por cinco los resultados de 2010, hasta alcanzar 500 millones de euros en beneficio al año que viene, y por siete en 2013 (775 millones). Una fortaleza que convirtió a la aerolínea en la última revisión en estrategia del Eco10, en la que también se incorporó BBVA en sustitución de Mapfre y Técnicas Reunidas.
Castigo excesivo
"Desde la fusión la aerolínea ha sufrido un castigo excesivo en bolsa, pero las sinergias entre las dos aerolíneas (Iberia y British Airways) no han aflorado aún", argumenta Rafael Collada, responsable de gestión de M&G Valores, una de las siete casas de análisis de las 53 que elaboran el Eco10 que decidieron incorporar a IAG entre sus propuestas de inversión. La apuesta por la aerolínea para los meses de junio, julio y agosto se hace también con la intención de que el valor pueda aprovechar y recoger las "buenas perspectivas que presenta el turismo mundial de cara a esta estación", tal y como apuntan desde IG Markets.
El sector turístico comienza el verano con una caída en el año de más del 9 por ciento en Europa, mientras que la aerolínea sólo ha logrado cerrar en positivo en dos de los cuatro meses que lleva cotizando. Sin embargo, al margen de la penalización que sufre en bolsa, IAG continúa con sus inversiones para fortalecer su negocio en el exterior, una política que puede comenzar a dar sus frutos en el parqué a corto plazo.
Dentro del grupo, Iberia tiene claro su objetivo de negocio: potenciar Latinoamérica, la joya de la corona del grupo. Para ello, ha puesto en marcha un plan inversión con el que mejorar el producto para que sea el más competitivo del mercado. Iberia invertirá 200 millones de euros en áreas de negocio como el entretenimiento a bordo para ponerse al día. La compañía con sede en Barajas compite todos los días con aerolíneas como LAN Chile, que cuentan con pantallas en todos los asientos de su avión, incluso en turista, algo que no ofrece Iberia.
La renovación de su negocio latinoamericano irá en este sentido e incluso se plantea introducir una nueva clase entre las actuales Turista y Business, que podría pasar a denominarse Turista Plus, aunque la decisión definitiva todavía no está tomada por parte de la dirección operativa.
Otra política que ha lanzado el grupo destinada al ahorro de costes y a la eficiencia de sus operaciones es tener un modelo de corto y de medio radio lo más barato posible. Ante la imposibilidad de cerrar un convenio con el sindicato de pilotos mayoritario (Sepla), Iberia se ha visto obligada a buscar una solución temporal para salvar su temporada de verano. La ha encontrado externalizando vuelos de conexión con sus rutas hacia Latinoamérica a aerolíneas socias como Vueling, compañía de low cost en la que controla más del 45 por ciento, y Air Nostrum, franquiciada del grupo.
A pesar de que estas mejoras en su plan de negocio van destinadas a ganar puestos en el ranking mundial de aerolíneas y engordar su cuenta de resultados de los próximos ejercicios, las previsiones de los analistas adelantan que IAG cerrará el presente ejercicio con un beneficio neto de 368 millones de euros, un 268 por ciento más que en 2010, y con una deuda de 300 millones.
Los incrementos en beneficios seguirán sucediendo en ejercicios futuros hasta llegar, incluso, a alcanzar unas ganancias de unos 500 millones en 2012. Precisamente, en ese año es donde los expertos estiman que el PER -veces en que el beneficio está recogido en la acción- de la aerolínea comenzará a ser de un sólo dígito y en donde dejará de tener deuda. Aunque no será hasta un año después cuando IAG tenga una caja que según los analistas ascenderá hasta los 220 millones de euros. Lejos queda todavía el distintivo que lucía Iberia de ser la compañía con la caja más alta de la bolsa española por llegar a acumular hasta 2.536 millones de euros en 2007.