
La rentabilidad del bono portugués a diez años supera el 7,6% y la de la deuda a cinco años supera el 8,13%, nuevo máximo histórico. Los inversores descuentan que no se aprobarán los presupuestos lusos.
Los inversores no espetraron al resultado de la votación de los presupuestos en Portugal para decidir qué hacer con su cartera de bonos y han convertido en realidad aquello de más vale prevenir que curar. Sobre todo teniendo en cuenta que el mercado lleva ya varios días descontando (o provocando, a juicio de algunos) que el parlamento portugués dijera "no" a las medidas de austeridad propuestas por el Gobierno de Sócrates . "La no aprobación puede llevar al gobierno a tener que convocar elecciones anticipadas y al país a solicitar ayuda al fondo de rescate europeo", afirman desde FX Pro.
Y esto es precisamente lo que ya descontaban ayer los inversores. El mercado de bonos es sólo una prueba. La rentabilidad de la deuda portuguesa a 10 años, que sube cuando cae el precio, se ha incrementado hasta el 7,63 por ciento, nuevo máximo histórico, frente al 7,49 por ciento y el diferencial con respecto al bono alemán se ha ampliado hasta los 439 puntos básicos. Sin embargo, lo que es realmente preocupante es que la rentabilidad del bono portugués a 5 años ha superado el 8,13 por ciento, marcando así un nuevo máximo histórico, lo que implica que cada vez son más los que consideran que Portugal tendrán problemas para pagar su deuda a medio plazo.
En estas masivas ventas de deuda también influye el hecho de que el BCE haya dejado de comprar deuda lusa, después de haber adquirido 20.000 millones de euros desde mayo hasta ahora, según las estimaciones de Barclays. "Al mantenerse alejado del mercado, el BCE dejó bastante claro a Bruselas que el problema el problema lo tienen que solucionar ellos", indicó a Bloomberg David Owen, economista jefe de Jefferies International.
Pero no sólo los bonos fueron los que desataron el ánimo vendedor entre los inversores. También la bolsa portuguesa sufrió lo suyo. Mientras la mayoría de parqués se decantaron por el verde, el portugués cerró la sesión con caídas del 0,99 por ciento, lo que eleva al 3,70 por ciento el retroceso acumulado en el conjunto del año. Una cifra que contrasta con el 7,90 por ciento de ganancias el Ibex 35.
España ya no es PIG
Y es que cada vez son más los inversores que optan por sacar a España del saco de los PIGS. Incluso la Fed estadounidense cada vez ve más alejada a España de estos países. "No compararía la situación en España con la de Grecia o Portugal", afirmó ayer Richard Fisher, presidente de la Fed de Dallas, además de reconocer que hay mucha liquidez en el mercado. Algo que también defendió Bill Gross, presidente de Pimco en Twitter.
Una prueba de que España vive a expensas de lo que está sucediendo en Portugal se ve en el bono. Si bien rebotó hasta el 5,21 por ciento, el diferencial con respecto al alemán sigue situándose por debajo de los 200 puntos básicos corroborando lo que se ve desde hace semanas. Si antes Portugal intoxicaba a España, ahora sólo la contamina.
Por su parte, el Ibex 35 se anotó una subida del 0,59 por ciento, que le elevó hasta los 10.638, aunque se movió en una horquilla entre los 10.658 y los 10.512 puntos. Los buenos resultados empresariales de 2010 que presentó Inditex llevó a la compañía a repuntar un 6 por ciento y a liderar las ganancias del selectivo. Gamesa, Técnicas Reunidas, Ebro, REE, Gas Natural, Mapfre y Acciona fueron otros valores que con subidas de más del 2 por ciento tiraron del índice español. Las revalorizaciones no sólo se tradujeron en máximos en el caso de Acciona o Grifols sino que los repuntes llevaron a Codere, NH Hoteles y Befesa a marcar máximos.