
El Parlamento portugués acaparará hoy el protagonismo de la economía mundial. Será el escenario de un debate sobre ajustes presupuestarios, que de no aprobarse supondrían, probablemente, la caída del Gobierno liderado por el primer ministro socialista José Sócrates.
Ante esta situación, los bonos de los países periféricos vuelven a ver como se incrementan sus rendimientos, especialmente en el caso de Irlanda, 24 puntos básicos, hasta el 9,730%.
En el resto de países en problemas, la rentabilidad de los títulos de Portugal sube 9 puntos básicos, hasta el 7,534%, mientras que en el caso de España e Italia apenas suben, 3 y 1 puntos básicos, respectivamente.
Si a la crisis económica -Portugal se encamina con paso firme a una recaída en la recesión- se suma la política, el escenario está listo para que Lisboa se vea obligada a recurrir a la ayuda de la UE y del Fondo Monetario Internacional (FMI) para evitar la quiebra del Estado.
"La probabilidad de que el Gobierno portugués caiga parece elevada", escribió Nicola Mai, economista de JP Morgan, en un correo electrónico remitido a inversores, según informa la agencia Bloomberg. El Estado "probablemente" recurrirá al fondo europeo de rescate "en breve", añade.
Reacción en el euro
Hoy, el euro se replegaba desde un máximo de cuatro meses y medio frente al dólar ante la inquietud por la votación. "La situación de Portugal ha puesto freno (al rebote del euro) ante los indicios de que el Gobierno puede fracasar en su intento", señalaba Robert Ryan, estratega de divisas senior de BNP Paribas en Singapur.
Sin embargo, algunos analistas piensan que si el Gobierno portugués no obtiene el refrendo parlamentario es poco probable que la divisa caiga más allá de los 1,41 dólares ante las expectativas de que los líderes europeos están cerca de acordar los detalles del fondo de rescate y de una previsible subida de los tipos de interés de la eurozona el mes que viene.
En Bruselas se sopesa desde hace meses el rescate de Portugal. E incluso antes de que el Gobierno y la oposición iniciaran la semana pasada el pulso que puede terminar por derribar hoy al Ejecutivo, los responsables comunitarios consideran muy probable que el rescate de Portugal forme parte de los acuerdos de la cumbre que mañana y pasado celebrarán en Bruselas los jefes de Estado o de Gobierno de los 27 países de la UE.
El detonante político
El detonante de la delicada coyuntura política es el programa de ajustes presupuestarios y reformas económicas presentado hace diez días por el Gobierno, el cuarto desde el inicio de 2010. El Ejecutivo, en minoría en el Parlamento, había tenido hasta ahora la delicadeza de informar previamente de sus intenciones, al menos, al principal partido de la oposición. En esta ocasión no lo hizo.
Resultado: los conservadores amenazan con votar en contra del plan -lo que no habían hecho hasta ahora-; lo califican de antisocial por, entre otras cosas, recortar las pensiones más bajas; y piden que el Gobierno reconozca que es preciso reclamar ayuda exterior. Sócrates respondió públicamente que no contasen con él para gobernar si interviene el FMI.
Ayer a última hora de la tarde todavía negociaban los políticos portugueses la posibilidad de no votar sobre el tema hoy, y abrir una negociación para modificar el plan de austeridad y hacerlo aceptable para todos. Pero al mismo tiempo, los socialistas intentaban culpar a los conservadores de generar una crisis política que haga inevitable el rescate, y los conservadores a los socialistas de arruinar al país.
Si cae el Gobierno podría haber elecciones en mayo. A mediados de abril Portugal y su deuda pública tienen prevista una complicada y cuantiosa cita con los mercados, donde ayer se volvió a disparar el encarecimiento de sus bonos.