Bolsa, mercados y cotizaciones

Los inversores no deben preocuparse por la subida de los tipos y la caida de los bonos

Los inversores no deberían estar tan preocupados por la subida de la rentabilidad del bono a 10 años hasta máximos de 9 meses. En vez de eso, deberían interpretarla como una validación de lo que ha hecho subir a la bolsa en los últimos meses: la creencia de que la economía está entrando en una expansión sostenible, según Tomi Kilgore, columnista de Dow Jones.

La teoría económica sugiere que la subida de los tipos a largo es mala para la renta variable: eleva los costes financieros, lo que a su vez reduce la inversión, la contratación de empleados y las compras de viviendas. En el mundo real, en cambio, eso no ocurre hasta que la expansión económica está madura y las rentabilidades son mucho más altas. Cuando la economía está todavía en el período de adolescencia, como ocurre ahora, las rentabilidades y la bolsa tienden a moverse en la misma dirección.

La rentabilidad del bono a 10 años cerró el martes en el 3,73%, y ha escalado 111 puntos básicos desde finales de octubre. En ese período, el S&P 500 ha subido el 12% y se encuentra en máximos de dos años y medio.

A juicio de Kilgore, esta rentabilidad tiene mucho recorrido al alza todavía. Hasta el viernes pasado, se había movido en una banda lateral entre el 3,25% y el 3,56% durante dos meses. Dicha consolidación se producía después de una fuerte alza de 95 puntos básicos en sólo seis semanas, así que, técnicamente, la reciente ruptura alcista supone la confirmación de una pauta de bandera en continuidad. El objetivo técnico de este movimiento se sitúa en el 4,5%.

Este comentarista opina que los inversores tampoco deben preocuparse demasiado ni siquiera si ese objetivo es alcanzado. Según Jeff Kleintop, estratega jefe de LPL Financial, la bolsa y la rentabilidad del bono históricamente se han movido en la misma dirección cuando esta última se encuentra por debajo del 5%. Sólo cuando se supera ese nivel, los caminos de ambos mercados divergen.

Eso no significa que una subida tan rápida como la actual del tipo a 10 años no perjudique a la bolsa. Pero Kilgore no cree que el impacto vaya a ser apreciable ni a durar mucho. En la anterior fase de recuperación, la rentabilidad del bono subió desde el 3,074% en junio de 2003 hasta el 4,668% dos meses más tarde. La bolsa empezó a corregir pero no ocurrió hasta marzo de 2004. El S&P 500 perdió un 8,6% en los cinco meses posteriores a su máximo de marzo, lo cual no se considera oficialmente una corrección.

High Frequency Economics estima que la subida de la rentabilidad no tendrá impacto en el crecimiento económico hasta finales de año, de acuerdo con los precedentes de ciclos anteriores. Si hacemos caso a la creencia general de que la bolsa se mueve entre tres y seis meses antes que la economía, la escalada del tipo de la deuda no empezará a afectar a las acciones hasta junio como muy pronto.

Y eso es un timing perfecto, porque será entonces cuando termine el programa de compra de activos de la Fed.

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