Bolsa, mercados y cotizaciones

Los accionistas de BME estudiarán la fusión si la acción llega a los 30 euros

El mercado se levantó ayer con nuevos movimientos corporativos entre las bolsas mundiales. Si a primera hora fueron Londres y Toronto las que comunicaron un acuerdo de "fusión entre iguales", la tarde comenzó con la suspensión de cotización de la alemana Deutsche Boerse por rumores confirmados de fusión con Nyse Euronext. Algo que animó la cotización de BME, el dulce que quiere llevarse a la boca la alemana desde antes de que la española saliese a bolsa, hasta los 22,65 euros.

Sin embargo, todavía se encuentra lejos de los 30 euros por acción que el grupo de principales accionistas de BME considera que debe alcanzar para que se pueda dar el pistoletazo de salida en su integración con otra bolsa.

No es nada nuevo. El interés de la bolsa alemana por BME se remonta ya a hace más de cuatro años. Y la última ocasión fue, sin ir más lejos, la semana pasada cuando, un día antes de la visita de la canciller alemana Angela Merkel, los rumores volvieron a saltar a la palestra, lo que llevó a los títulos de BME (BME.MC) a repuntar el día anterior a la visita de la canciller un 5,25 por ciento.

Sin embargo, los bailes corporativos de ayer no tuvieron finalmente tantas repercusiones en el parqué, sino que reflejaron las dudas de los inversores. Al principio, los rumores de posibles adquisiciones actuaron como un catalizador, disparando un 5 por ciento a BME hasta tocar máximos en el intradía en los 23,65 euros, pese a que el holding afirmó que no tenía nada que decir al respecto. Pero en el último tramo de la jornada, su cotización perdió fuelle y cerró con un tímido avance del 0,91 por ciento, lo justo para anotarse un nuevo máximo en el año.

El capital de la discordia

Los rumores de otras adquisiciones con BME como protagonista no llegan a convencer a los expertos, que coinciden en que a medio plazo la española seguirá por libre. "BME seguirá independiente a no ser que llegue alguien con suficiente músculo financiero, en ese caso no se puede descartar algún movimiento", asegura Pedro Sastre, analista de Banca March. Desde Sabadell, Jesús Domínguez considera que "lo más lógico sería esperar a ver cómo evolucionan las cuotas de mercado de las plataformas alternativas en España tras el cambio de regulación de Iberclear, que será lo que determine realmente su valoración".

La clave de la independencia de BME está en lo que decidan los principales accionistas. El 26,5 por ciento de su capital está en manos de bancos y cajas españolas. La entidad con mayor participación en el organismo rector de la bolsa española es BBVA, que controla un 5,6 por ciento de su accionariado, seguida de cerca por el Banco de España, que posee un 5,3 por ciento. El resto de accionistas de referencia son Criteria, Caja Madrid, BNP Paribas y Santander. Éste último ya había reducido su participación en 2010 al vender un 2,5 por ciento de BME por 30,4 millones de euros, a un precio de 20 euros por acción.

El caso de las cajas es más sensible, pues el actual proceso de bancarización las vuelve más susceptibles de efectuar desinversiones.

En este sentido, un experto que no quiere ser citado afirma que BME sigue siendo rentable para las cajas de ahorros, y maneja la idea de futuras fusiones en el sector: "Lo lógico es pensar que algún día habrá movimientos corporativos que tiendan hacia una única bolsa europea". También la directora de análisis de Renta 4 Natalia Aguirre ve más viabilidad a esta opción antes que mediante una OPA.

Son opiniones que concuerdan con otras fuentes consultadas, que se decantan más por un intercambio de acciones antes que por otra opción que, pese a su carácter de hipótesis, tampoco conviene descartar: que alguna de las competidoras de BME estuviera dispuesta a comprar si las entidades financieras españolas con exposición a la española quisieran vender sus participaciones para poder recapitalizarse.

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