La entidad aceleró ayer la adquisición de bonos después de dedicar 113 millones a la compra de bonos la última semana. Adiós a las vacaciones. El Banco Central Europeo (BCE) volvió a enfundarse el traje de faena para emplearse más a fondo en la compra de deuda pública.
Lo hizo, curiosamente, la misma jornada en la que se conoció que, en la semana entre el 1 y el 7 de enero, la institución apenas dedicó 113 millones de euros a la adquisición de bonos en el mercado. Pero eso es pasado. Según fuentes del mercado, ayer aparcó la tregua de la temporada navideña -la media de las dos últimas semanas fue muy inferior a los 200 millones (ver gráfico)- y aceleró el ritmo comprador.
La presencia de la entidad presidida por Jean-Claude Trichet en el mercado sirvió, sobre todo, para apaciguar el intenso castigo que venía sufriendo la deuda portuguesa en las dos últimas jornadas ante los crecientes rumores sobre su posible rescate. Si entre el jueves y el viernes el rendimiento de los bonos a 10 años -que se comporta de forma inversa al precio- repuntó del 6,65 al 7,10%, el nivel más alto de la historia, ayer se moderó hasta el 7,01%. Esta tregua se prolongó a la prima de riesgo de Portugal, es decir, a los intereses adicionales que los títulos lusos pagan con respecto a los bonos alemanes a una década. Esa distancia, que el viernes se estiró hasta los 423 puntos básicos, se moderó hasta los 414 puntos básicos -ó 4,14 puntos porcentuales-.
La mano visible del BCE también se sintió en torno a Grecia e Irlanda. La rentabilidad de los títulos helenos a 10 años pasó del 12,6 al 12,3%, mientras que la de los irlandeses se frenó del 9,07 al 8,93%. Consecuentemente, sus respectivas primas de riesgo se relajaron hasta los 945 y los 605 puntos porcentuales, respectivamente.
España y Bélgica, sin 'escudo'
Donde no se intuyó la sombra del BCE fue en España y el nuevo invitado a la fiesta de la crisis de la deuda: Bélgica. La rentabilidad de los bonos españoles repuntó del 5,51 al 5,54%, con lo que se situó en su nivel más alto desde 2000. Al mismo tiempo, la prima de riesgo creció de los 264 a los 267 puntos básicos, con lo que acumula un ascenso de 30 puntos básicos en las tres últimas sesiones. Más vertiginoso está siendo el contagio de la deuda belga. Sus títulos a una década ya rinden un 4,21%, cuando terminaron 2010 en el 3,97%. Y en cuanto a su prima de riesgo, en el conjunto de las seis últimas sesiones ha subido de los 100 a los 135 puntos básicos. En ambos casos, se trata de los niveles más altos desde enero de 2009.
Dadas las tensiones que sigue evidenciando el mercado, los expertos esperan que Trichet renueve su compromiso con la política de compras de deuda en la reunión que la entidad celebrará este jueves.