A los accionistas de sicavs (sociedades de inversión de capital variable) no debieron sentarle demasiado bien las uvas. Cerraron un año en el que el Gobierno decidía acabar con una de las ventajas de las que disfrutaban: la posibilidad que tenían los partícipes de diferir el pago por la percepción de dividendos y reducciones de capital social.
Muchas no han sido capaces de paliar el efecto que tendrá esta medida en su patrimonio con aumentos de rentabilidad. Según los datos de Morningstar, cuatro de cada diez sicavs cerraron 2010 con pérdidas. Tampoco el balance a medio plazo es mucho mejor. Todo lo contrario. El 70 por ciento de este tipo de vehículos acumula pérdidas en los últimos tres años.
Entre las desafortunadas de 2010 figuran dos de las sicavs que están en manos de Amancio Ortega: Keblar de Inversiones y Alazán, que despidieron el año con pérdidas superiores al 2 por ciento. Éstas serán las últimas pérdidas que registren, al menos bajo el régimen jurídico de sicav, ya que el hombre más rico de España anunció recientemente a la CNMV que modificaría la naturaleza de sus sociedades para convertirlas en sociedades anónimas.
Muy diferente fue el comportamiento que experimentaron las sicavs de Alicia Koplowitz. Morinvest, la sicav más grande del mercado español despidió 2010 con una rentabilidad del 6,67 por ciento.
Sin embargo, no es ninguna de las sicavs más vip la que mejor se comportó en 2010. Si en el caso de los fondos han sido las estrategias de bolsa emergente las que ocuparon los mejores puestos, en estas sociedades la clave del éxito ha estado en la inversión en materias primas.
Una estrategia que permitió a Gold&Silver Sicav, gestionada por Bankinter, conseguir una rentabilidad del 147,70 por ciento en el conjunto del año. También Aldeboran 5000 Inversiones, de Gescooperativo, se ha beneficiado del impresionante recorrido de Gold&Silver Sicav ya que tener a esta sociedad entre las principales posiciones de su cartera le ha permitido despedirse de 2010 con una rentabilidad del 53,62 por ciento. En el otro lado están Inversiones Lelo o Dym Finanzas, con minusvalías superiores al 35 por ciento.
Cada vez menos
Aunque las sicavs siguen mantiendo mayor ventaja fiscal, cada vez son más los grandes patrimonios que abandonan este vehículo ante las incertidumbres fiscales. Con las 89 sicavs del último año, ya son 243 las que han desaparecido desde que se inició la crisis. Una cifra que irá en aumento ya que el 14 por ciento de estas sociedades incumple una de las reglas: no alcanzan los 2,6 millones de patrimonio mínimo.