
La complacencia de los inversores se encuentra en niveles extremos y ni siquiera hay una pequeña saludable dosis de miedo en la bolsa. Y eso que los índices han alcanzado máximos de dos años, lo cual debería imponer cierto respeto entre los inversores.
Las encuestas de Investors Intelligence (entre instituciones) y de la American Association of Individual Investors (entre particulares) muestras que los alcistas ganan por más de 2 a 1 a los bajistas. Del mismo modo, el índice de volatilidad de las opciones VIX, el llamado índice del miedo, se encuentra en su nivel más bajo desde abril.
Así que nadie parece preocupado después de un rally que dura ya 19 meses, con un 9,8% de paro en EEUU, un mercado inmobiliario que sigue cayendo y una crisis de deuda en Europa que sólo ha sido aplazada.
La tesis generalizada es que no vamos a ver un doble suelo en 2011, por lo que no se percibe como necesario protegerse contra el riesgo de caídas. Y eso es lo que está haciendo bajar el VIX. Sin embargo, la última vez que este indicador estivo tan bajo, precedió una brutal caída del mercado en verano precipitada por la crisis de la deuda periférica europea.
Pero el mercado parece haber decidido descartar estos temores, y los estrategas están publicando masivamente mejoras de previsiones para 2011, que apuntan a subidas de entre el 10% y el 20% para el S&P 500.
Este exceso de optimismo es normalmente un indicador contrario que apunta a la inminencia de una caída. Pero esta vez el nivel de complacencia es tan alto, que los bajistas no pueden tomar el control del mercado, sino que no tienen más remedio que seguir a la corriente, según Kathy Boyle, presidenta de Chapin Hill Advisors.
Una de las razones que alimentan este optimismo es el flujo de fondos: a pesar de la subida del mercado (del 11% en 2010), los fondos de deuda sólo han sufrido modestas salidas de dinero y las entradas en los fondos de bolsa han sido ligeras. Eso significa que, en teoría, hay mucho dinero que permanece al margen del mercado -los fondos monetarios también han engordado su patrimonio- y que puede entrar, lo que impulsaría la subida. Lo normal es que el elevado optimismo esté acompañado por una fuerte entrada de dinero en los fondos de bolsa, que no se está dando ahora.
Desde una perspectiva contraria, esta complacencia hace difícil la continuidad del rally alcista, al menos a corto plazo. Pero tampoco significa que vayamos a ver una caída importante más allá de una corrección normal: la teoría de la opinión contraria no funciona de un modo mecánico. Y el flujo de fondos apoya esta idea. El mercado puede mantenerse más o menos parado en la zona de máximos durante bastante tiempo antes de que continúe la tendencia, pero sin necesidad de ver grandes caídas.