Los dos grandes bancos españoles son los que más arrastran al sector en Europa en el año. Los bancos italianos y franceses también están contribuyendo en buena parte a las pérdidas del sector durante estos meses de 2010 en el Viejo Continente.
Las caídas de las dos primeras sesiones de la semana acercaron a BBVA (BBVA.MC)y Santander (SAN.MC) a sus mínimos anuales de junio. Fueron unos de los más castigados, lo que refleja lo que ha estado sucediendo durante este año. Las entidades españolas, italianas y francesas son las que más han arrastrado al sector bancario europeo, que retrocede más de un 7 por ciento desde enero. Concretamente, la banca de nuestro país es responsable de más de un 65 por ciento de este descenso.
El mercado está alertando que no confía en que con la ayuda a Irlanda esté todo hecho. Aún hay peligro de contagio y, tras Portugal, la siguiente candidata a ser rescatada es España.
Las entidades españolas siguen siendo las más penalizadas debido además a su elevada exposición a la deuda de los países periféricos. Según los últimos datos publicados por el Banco Internacional de Pagos (BIS), las entidades españolas tienen en su cartera más de 78.000 millones de dólares en bonos portugueses, el país al que los inversores miran como el siguiente de la lista.
La banca española se enfrenta a otras dificultades añadidas que pesan en su cotización. Desde Banif apuntan a su exposición al mercado inmobiliario doméstico. "La nueva normativa en provisiones de inmuebles de Basilea complica la situación en cuestión de ratios de capital", comentan desde la entidad.
Nueva carga al sector
Lejos de recibir buenas noticias, los inversores que mantienen en su cartera a entidades bancarias no dejan de percibir más incertidumbre. La agencia Reuters avisaba el martes de que Alemania pretende que los inversores privados arrimen el hombro en el caso de impagos de algunos países de la Eurozona. Es decir, que colaboren si se presenta una nueva situación de rescate, bien sea prorrogando el vencimiento de los bonos omediante una rebaja de los pagos de intereses.
Se trata únicamente de una supuesta filtración de un documento del Gobierno alemán. Y en cualquier caso de una idea que habría que ser aprobada. Pero, dado que los bancos son uno de los principales compradores de deuda pública, la existencia de esta posibilidad de que los bonistas tengan que asumir parte del coste ante posibles impagos de los gobiernos añade otro peso más a la espalda del sector bancario.