Bolsa, mercados y cotizaciones

Con qué fondos de inversión se puede ganar dinero ahora

Los inversores parecen haber dejado de lado la posibilidad de que la economía entre en deflación, al retomar la compra de acciones y empezar a vender bonos. La desinflación es ahora el escenario más probable así que sepa cómo invertir en este contexto.

Es la economía, estúpido" Son muchos los artículos que han recordado la famosa frase pronunciada por Bill Clinton para derrotar a George Bush padre en la campaña a la presidencia de EEUU a principios de la década de los 90. Éste va a ser uno más. Y es que la economía no sólo marca la agenda política y económica de los gobiernos (Obama anuncia recortes de impuestos para mejorarla mientras en Europa recortan gasto para reducir su deuda). También marca el devenir de los mercados y, por tanto, la riqueza o pobreza de los inversores.

Hasta el estallido de la crisis de las subprime, el contexto económico estaba claro: inflación. Pero tras estallar la crisis de las hipotecas basura y sobre todo cuando ésta dejó de ser una crisis inmobiliaria para convertirse en una crisis crediticia, y por ende económica, el escenario ha experimentado un cambio radical. Los resultados mixtos de los datos económicos no ayudan. Y los mercados, tampoco. Aunque los bonos descuentan ya un escenario de deflación, las materias primas cotizan en un entorno de desinflación y el oro, activo al que recurren los inversores cuando se espera inflación, ha marcado esta semana nuevos máximos, al superar los 1.260 dólares por onza. En este contexto, acudir al mercado de capitales resulta extremadamente complicado, pero esto no implica que no se puedan encontrar buenas oportunidades de inversión. Basta con saber identificar los activos que salen beneficiados en cada contexto económico. Además, quien lo haga a través de fondos cuenta con la ventaja de que, de cambiar el contexto, puede traspasar su fondo a otro acorde con la nueva situación económica sin que las plusvalías generadas tributen.

Desinflación

Se define como una etapa de crecimiento leve de precios. Es decir, es un contexto de inflación muy baja y durante un largo periodo de tiempo. Según afirman en Inversis es el momentum en el que se encuentra la economía mundial en la actualidad. Y eso parece si se tiene en cuenta las previsiones que baraja el consenso de Bloomberg. Se cree que la inflación de EEUU caerá del 1,60 al 1,55% en el próximo año y que la de la eurozona se incrementará levemente desde el 1,50 por ciento al 1,70%.

Las posibilidades de inversión en esta situación económica son muchas. Por un lado, los expertos recomiendan la inversión en renta fija corporativa ya que, como explican en Atlas Capital, "suele tener rentabilidades superiores a la deuda gubernamental y no hay expectativas de subidas de tipos". Dentro de este universo, los analistas consultados dan dos nombres: Invesco Euro Corporate Bond, que invierte en deuda de alta calidad crediticia y AXA US High Yield Short Duration, que invierte en bonos especulativos de compañías estadounidenses.

Pero la renta variable también ofrece buenas oportunidades de inversión en este contexto. "Que haya crecimiento, aunque sea bajo, es bueno para la bolsa", afirma Ángel de Molina, director de inversiones de Tressis. Basta con saber diferenciar y no dejarse llevar por los índices sino por compañías concretas. Por ejemplo, desde Self Bank creen que conviene "buscar inversiones que generan intereses como acciones que pagan dividendo", afirma Céline Giffard. Destaca a este respecto un fondo como Amundi International Sicav, un fondo de bolsa global que este año gana un 15%, frente a las caídas del 5% que de media acumulan los índices. Para quien no quiera arriesgar tanto, los fondos mixtos también pueden ser una opción. "Una alternativa en un periodo de desinflación es construir una cartera diversificada o elegir un fondo mixto como Carmignac Patrimoine", afirman en Inversis.

Inflación

Lejos quedan los años en los que precios repuntaban por encima del 4% y los bancos centrales concluían cada reunión con subidas en los tipos de interés. Sin embargo, la economía no es más que un cúmulo de ciclos y, como sucede con la moda, los tiempos pasados siempre vuelven.

Para cuando la inflación vuelva a ser la tónica dominante en el mercado y el mayor quebradero de Trichet, los fondos de materias primas son la opción más recurrente ya que un alza de precios suele estar sustentada en incrementos en los precios agrícolas y también del petróleo. Dos son las opciones: si la inflación va a acompañada de un mercado de acciones con tendencia alcista, la mejor opción son fondos que inviertan en acciones de mineras. Y si no, se puede recurrir a productos que inviertan en derivados sobre materias primas.

De entre los fondos propuestos por los expertos, BGF World Gold es el que mejor comportamiento presenta este año. Rebota un 28% gracias a la inversión que realiza en mineras con sede en Canadá, Australia o África. Además, cuenta con una calificación cuantitativa de tres estrellas por parte de Morningstar y de sobresaliente desde el lado cualitativo.

Una posibilidad igualmente atractiva son los fondos que invierten en bonos ligados a la inflación. Estos productos compran bonos emitidos por los estados- no todos los países emiten deuda de este tipo-, con sus determinados cupones y suman a su precio el porcentaje que se incremente el IPC. Algunos ejemplos son CPR Oblindex, que se centra en gobiernos de la zona euro y AXA Global Inflation Bonds, que diversifica geográficamente su cartera. Su alta exposición a la deuda alemana y francesa le lleva a ganar un 4% este año.

Aunque ahora las perspectivas de subidas de tipos no preocupen -los analistas de Bloomberg no esperan ni que el Banco Central Europeo ni la Fed incrementen el precio del dinero hasta el tercer trimestre de 2011-, sí lo harán en un futuro. Y el activo que más se beneficia es la renta variable.

Dentro de estos activos, los títulos de empresas que ofrezcan potencial por crecimiento son una buena alternativa. Desde Self Bank se fijan a este respecto en productos como Franklin European Growth. También los mercados emergentes son una buena alternativa. No en vano, están llamados a liderar el crecimiento mundial en los próximos años.

Deflación

James Bullard, presidente de la Fed de San Luis, dio la primera voz de alarma: EEUU corre el peligro de importar una deflación a la japonesa. Esto es, caída continuada de los precios durante un largo periodo de tiempo. Es el mayor mal al que se puede enfrentar una economía, ya que la caída de los precios disminuye el beneficio de las empresas y también el consumo, porque que los consumidores no compran con la esperanza de que sigan cayendo.

Aunque Bullard fue el primer representante público en dar el primer toque de atención, ya había activos que descontaban este escenario: los bonos públicos. Primero fueron las dudas sobre la solvencia de los países europeos de la periferia (España, entre ellos). Y luego el miedo a que la deflación se exportara a la principal economía del mundo: EEUU. Dos razones que explican que la impresionante demanda de deuda pública llevara a la rentabilidad de los bonos a 10 años de países como EEUU, Alemania o Francia a registrar rentabilidades mínimas que, en el caso de las europeas, han sido históricas. El rendimiento del bund ha pasado del 3,38 al 2,39% este año y el del bono a 10 años norteamericano ha caído del 3,83 al 2,80%. ¿Puede seguir bajando más? A priori no, a no ser que la deflación deje de ser una amenaza para convertirse en una realidad.

Si esto sucede, los expertos tienen claro dónde habría que invertir: deuda pública, y de larga duración. El inversor obtendría rentabilidad por dos vías: la del bono en sí (en un contexto deflacionario la rentabilidad de las nuevas emisiones de deuda caería, lo que beneficia a los que ahora tengan bonos y cartera) y la de la duración ya que la curva de tipos se aplanaría. "Aunque los tipos nominales sean bajos lo más importante es identificar la rentabilidad real, descontada la inflación. Por ejemplo, si los tipos están en el 1,5% y la inflación es del 2% negativa tendríamos tipos reales del 3,5%", explica Felix López, socio director de Atlas Capital. Su recomendación en este contexto son fondos como BNY Mellon Euroland Bond o Pimco Euro Long Duration. Ambos registran rentabilidades positivas en 2010 y cuentan con una duración de la cartera superior a los cinco años.

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