
El reloj corre muy deprisa para Grecia. Y el complicado mecanismo de ayuda ideado tampoco juega a su favor, con el rendimiento de los bonos griegos disparándose por encima del 8,2%. El 19 de mayo vencen bonos por valor de 8.500 millones, y el ministerio de Finanzas ya ha anunciado que las negociaciones para el rescate, que comenzaron hoy, podrían alargarse dos semanas. El dinero del rescate no garantiza que Grecia evite el default.
En concreto, el ministro George Papaconstantinou ha asegurado hoy que espera que se anuncie un texto conjunto para el 15 de mayo, justo cuatro días antes del vencimiento.
Pero no sólo las dificultades para definir los detalles del acuerdo pesan sobre Grecia. Las elecciones en el lander alemán de Renania del Norte-Westfalia, que se celebran el 9 de mayo, podrían provocar que Alemania retrasara su aprobación a las ayudas.
Un proceso complicado
Para que las ayudas lleguen, tras solicitar Grecia la astivación, éstas deben ser aprobada por la Comisión Europea y por el Banco Central Europeo, así como por los 16 miembros de la Eurozona.
Estas aprobaciones podrían llegar incluso en horas, a excepción de aquellas que necesitan el visto bueno de los Parlamentos nacionales. La aprobación del FMI tendría que venir por parte del consejo y en principio no presentaría dificultades.
Con todo, no es descartable que Grecia se adelante al acuerdo definitivo para pedir el rescate y agilizar el proceso, tal y como ha dicho hoy Papaconstantinou. El ministro de Finanzas, eso sí, ha reiterado que "no estoy diciendo que el gobierno vaya a pedir la ayuda".
Los socialdemócratas del SPD, que son la opoción en Alemania, ya han anunciado que se oponen a la idea de una aprobación por la vía rápida de las ayudas a la que se podrían unir otros partidos, por lo que la aprobación por parte del mayor contribuyente al rescate se podría retrasar semanas.
En este escenario, el peor de los posibles, Grecia podría obtener suficientes fondos para cubrir sus vencimientos en mayo, pero probablemente no conseguiría calmar a un mercado que está más que nervioso.
Ante estas dificultades, no es descartable tampoco que Grecia acuda directamente al FMI, aunque la contestación social dentro del país podría hacer que el Gobierno no acudiera dadas las duras medidas que suele imponer a cambio de financiación. Tampoco en otros gobierno de la Eurozona sentaría bien esta decisión.
Al final, default
Ante este panorama, el diferencial del bono griego a diez años con el alemán -el de referencia en Europa- mantenía la tendencia al alza de los últimos días y alcanzaba los 518 puntos básicos, al situarse el rendimiento del primero en el 8,259% y el del segundo, en el 3,078%
A pesar de todos los esfuerzos, muchos analistas siguen considerando que independientemente de cuándo o cómo obtenga Grecia los préstamos, acabará incurriendo en impago o reestructurando su deuda en los próximos años.
El desafío de reducir el déficit durante una recesión es enorme, ya que además ahcen falta reformas profundas para mejorar la competitividad de la economía.