
Adair Turner, presidente del regulador británico, la FSA, ha asegurado que hay "grandes preguntas" sobre la utilidad del mercado de CDS (seguros contra el impago de deuda). Sobre todo, considera que hay una que destaca por encima de todas las demás: ¿debe permitirse su uso a los inversores que no tienen el activo del que se supone que ese CDS les está cubriendo?
Los efectos del uso masivo de estos seguros de cobertura se intuyen en casos como el de Grecia. Las autoridades de varios países han acusado a los especuladores de utilizar CDS para apostar a que el país no sería capaz de afrontar sus compromisos financieros.
Esa especulación ha disparado la volatilidad del mercado, lo que dificulta al Gobierno griego realizar las nuevas emisiones de deuda que necesita, explica el diario Wall Street Journal.
Los defensores de estos contratos señalan que tienen un uso muy necesario, como es el proporcionar a los bonistas, que figuran en los últimos puestos en la escala de cobro, cierta protección ante eventuales defaults.
Como cualquier otro seguro
Según Turner, lo más apropiado sería que los CDS recibieran el mismo tratamiento que cualquier otro seguro, y limitar el acceso sólo a los bonistas que tengan en su poder el título al que el contrato está ligado.
Para ilustrar esta propuesta, asegura que las cifras que maneja la FSA sugieren que las posiciones cortas sobre la deuda helena suponen sólo entre el 3 o 4% del enorme total de deuda gubernamental del país. Nada que ver con los movimientos que ha sugerido el mercado de CDS.