
Algunos hedge funds han empezado a ajustar sus estrategias de inversión, después de que las autoridades europeas hayan criticado con dureza el oportunismo de algunos inversores institucionales que han utilizado inversiones tóxicas para apostar contra la deuda soberana de países como Grecia.
Tanto Sarkozy desde Francia como Merkel desde Alemania han señalado lo que ven como un potencial desestabilizador para los maltrechos bonos helenos, aunque esté oculto: la fuerte influencia de los bancos, fondos de inversión libre y del resto de los inversores que operan con CDS (Credit Default Swaps, seguros contra el impago de la deuda)
Algunos de estos agentes del mercado cuya estrategia últimamente ha sido comprar estos títulos esperando a obtener beneficios ante un eventual default de Grecia se llevaron un susto la semana pasada, cuando algunas voces clamaron que las autoridades de la Unión estudiaban hacer ilegales esas operativas con swaps, informa el Wall Street Journal.
Al parecer, dada la potencial precariedad de este mercado, algunos hedge funds han empezado a orientar sus estrategias hacia la moneda única, señalaron al diario fuentes del mercado. Así, los movimientos bajistas pronunciados que se han visto en esta semana pueden ser indicativos de ese renacimiento del sesgo bajista hacia la divisa europea.
"Una buena oportunidad"
En medio de este debate, no falta quien considera que los bonos helenos, con todo lo sucedido, representan una inversión atractiva. Como ya hizo DWS en su día, la gestora Legg Mason ha emitido un informe a través de su filial Western Asset Management en el que asegura que comprar deuda de Grecia es una buena oportunidad de inversión.
El rendimiento de los bonos griegos ha aumentado de forma significativa este año, hasta alcanzar el 6%, sobre todo por el toque de atención de Bruselas a Grecia, por los errores en la contabilidad de sus datos económicos y por la bajada de rating soberano.
Western Asset Management considera "poco probable" que se materialice el riesgo de impago de la deuda soberana por parte de Grecia, y argumenta que el aumento del diferencial entre los bonos griegos y alemanes protege a los inversores ante un eventual impago o incluso una salida del euro.
El rescate es posible, pero no deseable
Aunque el Tratado de Roma no se refiere de forma explícita a la posibilidad de que un Estado miembro acuda al rescate de otro, sí existen mecanismos para que así se haga en circunstancias excepcionales, recuerda la firma.
No obstante, argumenta que dicha solución sería un mal precedente y reduciría los incentivos para que otros países con falta de disciplina fiscal adoptaran las medidas necesarias para solucionar los problemas por su cuenta, por lo que tanto Bruselas como el Banco Central Europeo (BCE) son exigentes con Grecia para que responda con rigurosa disciplina fiscal.
Western Asset también sostiene su recomendación en que la entrada de Grecia en la moneda única le impide devaluar su moneda para cumplir sus obligaciones, por lo que la única opción que le queda es realizar importantes ajustes internos. "Por muy difícil que sea en términos políticos", reducir el gasto y aumentar la presión fiscal es la mejor opción para Grecia, estima.
La firma tampoco considera previsible que Grecia salga del euro, porque la moneda única no es sólo un proyecto económico, sino también político, y es "poco probable" que este proyecto común se venga abajo como consecuencia de una decisión de uno de sus principales beneficiarios.