Hace un año, cuando las réplicas posteriores al terremoto provocado por la quiebra de Lehman Brothers amenazaban con llevarse por delante el sistema financiero norteamericano, la Reserva Federal (Fed) se adentró en el terreno de lo desconocido. El banco central de EEUU, bajo la batuta de Ben Bernanke, redujo los tipos de interés hasta una cota jamás vista desde su constitución en 1913.
Los situó en una horquilla comprendida entre el 0 y el 0,25%. Por primera vez en la historia, el dinero se quedaba sin precio, pasaba a ser gratis, en la que actualmente es la mayor potencia del mundo.
Doce meses después, hoy concluye la reunión de dos días con la que la Fed despedirá oficialmente 2009. Y no se esperan cambios en los intereses, por lo que soplarán la vela que demuestra que llevan un año anclados en el mismo nivel. Es más, aún cumplirán muchos más meses sin moverse. Por ahora, el mercado no atisba la primera subida hasta junio de 2010.
Sin embargo, estos pronósticos podrían variar tras la cita de hoy. La atención se centrará en las pistas que aporte la entidad sobre la política monetaria futura de la Fed. Más en concreto, en la posibilidad de que esboce la estrategia con la que pretende desmontar el extraordinario campamento anticrisis que ha puesto en marcha en el último año. Para empezar, el mercado vigilará si la Fed reitera que los tipos permanecerán "excepcionalmente bajos" durante "un largo periodo de tiempo", el salvoconducto con el que anticipa que no prevé modificarlos a corto plazo.
En este sentido, los analistas no vislumbran demasiadas sorpresas. "No esperamos cambios en el sesgo, aplazando cualquier decisión de tipos, al mismo tiempo que reitera su confianza en una inflación contenida a medio plazo", comenta José Luis Martínez Campuzano, estratega en España de Citi.
Sí puede haber variaciones en las medidas excepcionales mediante las que la Fed ha intentado inyectar dinero de forma más directa. El retorno de la economía a tasas de crecimiento positivas en el tercer trimestre del año y la mejoría registrada en el mercado laboral en noviembre, mes en el que la destrucción de empleo fue la menor desde diciembre de 2007, pueden invitar a la entidad a moderar algunos de los planes de compra de activos que tiene en marcha.
Además, las actas de la reunión de noviembre demostraron que algunos miembros de la Fed se sienten incómodos con la expansiva política actual. En particular, mostraron su inquietud ante el riesgo de alimentar futuras burbujas como consecuencia de mantener los tipos bajos durante demasiado tiempo.