Bolsa, mercados y cotizaciones

Los bancos devuelven el dinero público pero caen en bolsa

Timothy Geithner, secretario del Tesoro de EEUU. Foto: archivo

¿Alguien lo entiende? Citigroup -el banco norteamericano más afectado por la crisis, no lo olvidemos- anunció el lunes que piensa devolver 20.000 millones del dinero del rescate inyectado por el Gobierno. Ayer era Wells Fargo el que anunciaba la devolución de 25.000 millones. Parece que lo peor de la crisis ha pasado y que los bancos por fin vuelven a tener fuerza suficiente para liberarse de las ayudas públicas y volver a caminar por sus propios medios. Sector bancario norteamericano: una guía para no perderse.

Sin embargo, ayer el sector sufrió una dura caída en bolsa, lo que desconcertó a muchos inversores. Aparte de la tópica explicación de que "estaba descontado" en el rally del sector en los últimos meses, hay razones que justifican esta aparente contradicción. La más evidente es que estas devoluciones deben hacerse mediante enormes ampliaciones de capital que permitan sustituir el dinero público por dinero privado. Y la dilución de los beneficios para los accionistas actuales (al haber más acciones) será igual de grande, lo cual siempre es bajista.

Dicho de otra forma, estamos asistiendo a la caída de la rentabilidad de los bancos. Esta suele medirse por el ROE, que es el retorno que obtienen sobre el capital. Pues bien, no es que vaya a reducirse más el numerador (los ingresos), sino que va a aumentar el denominador (el capital), pero el efecto final es el mismo: una caída de la rentabilidad añadida a la que ya se ha producido con las pérdidas generalizadas del sector.

Estos elementos justificarían una corrección a corto plazo del sector. Corrección que, en cualquier caso (haya descontado o no la mejoría del negocio), tiene que llegar después de la fuerte subida acumulada en bolsa. Pero, a priori, no debería significar un cambio de tendencia, sino que, tras la caída, el sector debería retomar la tendencia alcista principal.

El problema es que hay otros argumentos que justifican un movimiento bajista más importante y duradero en la banca. Estamos hablando de algo mucho más general: del debate político sobre el futuro del sector en EEUU. Los desplantes de los grandes banqueros esta misma semana a la reunión convocada por Obama han hecho que mucha gente (probablemente el propio presidente) se dé cuenta de que el sector no ha cambiado su comportamiento, ni su actitud, ni su percepción de sí mismo a pesar de la enorme crisis sufrida.

Y eso es algo que muchos observadores consideran que Obama no va a tolerar. Es decir, no va a tolerar que los culpables de la crisis financiera rescatados con dinero público mantengan ahora cerrado el grifo del crédito para empresas y familias, que sigan cobrando enormes bonus o que retomen las viejas prácticas de la banca de inversión que desembocaron en el desastre.

Por tanto, hay un temor justificado en el mercado a que el Gobierno tome medidas de corte populista que afecten directamente a las cuentas de resultados. Por de pronto, todo el mundo da por hecho que van a subir notablemente los requisitos de capital, lo cual obligará a nuevas ampliaciones adicionales a las que se están efectuando ahora para devolver el dinero público. Es decir, más dilución, menos rentabilidad y más caídas en bolsa.

Pero es posible que las nuevas normas no se queden ahí. También se da por hecho un endurecimiento de la supervisión y un tope a los bonus, pero es posible que el Gobierno quiera dar un golpe de mano y que apruebe otras medidas que no sospechamos, pero cuyo efecto también sería negativo en las cuentas de resultados.

Y como colofón, la Fed puede anunciar hoy mismo otro golpe para la banca que imite el del BCE en Europa: el inicio de la retirada gradual de la liquidez ilimitada con que hasta ahora proveía al sector. Definitivamente, el escenario no pinta demasiado bien para la banca.

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