Bolsa, mercados y cotizaciones

¿Por qué no se hunden los bonos?

A todos los inversores nos han enseñado que las acciones y los bonos no suben a la vez... en condiciones normales. Claro que en los tiempos actuales nada parece normal en los mercados.

Cuando las bolsas bajan, en teoría como respuesta a las malas noticias, los inversores buscan la seguridad de los bonos del Tesoro. Y al revés, cuando las bolsas suben por las buenas noticias, los inversores sacan su dinero de la deuda ara asumir más riesgo en la renta variable. Pero últimamente esta correlación inversa ha perdido fuerza y la subida de las bolsas y de las materias primas no provocó un desplome de los bonos.

"Parece que estuvieran jugando a mirarse fijamente a ver quién pestañea primero, y es difícil saber quién será", ejemplifica Bill Walsh, presidente de Hennion & Walsh. Los expertos señalan dos factores principales que explican esta anomalía: la debilidad del dólar y un cambio de actitud de los inversores hacia la deuda pública.

El dólar débil hace más baratos todos los activos norteamericanos -bonos y acciones- para los inversores extranjeros, y está actuando como la marea que hace subir a todos los barcos por igual. No sólo la bolsa y la deuda, también ocurre con el petróleo y el oro. Esta debilidad suele achacarse a los bajos tipos de interés y a que el mercado no espera que empiecen a subir hasta entrado 2010.

"Este carry trade del dólar está inundando de liquidez todos los activos y provocando un rally simultáneo de casi todo", señala Mike Larson, analista de Weiss Research. "La Fed está desarrollando una política de inflación de activos, que está ejecutando mediante el abaratamiento de la divisa y con la inundación de dinero fácil en el sistema".

Aunque esta explicación es compartida por muchos analistas, no explica por completo por qué los inversores compran activos de bajo riesgo como los bonos del Estado si tienen tanta confianza en que la lucha contra la deflación seguirá siendo la meta de la política monetaria, lo que debe hacer subir activos con mucha mayor rentabilidad que la deuda.

Una explicación complementaria es que los bonos no se están usando como refugio, sino como una cobertura del rally de la bolsa que, a pesar de acumular un 50% desde mínimos, sigue generando escepticismo. Es decir, comprar bonos es un primer paso de muchos inversores para retirarse del mercado y proteger las ganancias acumuladas.

"Los bonos están subiendo porque, aunque no estemos en el fin del mundo, sigue habiendo un paro del 10% y el crecimiento económico va a tardar mucho en recuperarse", opina Walsh. "La Fed va a mantener los tipos bajos para impulsar la economía, y eso beneficia a los bonos".

Ahora bien, esta operativa podría deshacerse a toda velocidad si la temporada de resultados del tercer trimestre mantiene la tendencia de sorpresas positivas que nos han dejado los primeros grandes nombres. Eso puede hacer que muchos inversores vuelvan a entrar de lleno en bolsa y que deshagan las compras de deuda como cobertura.

Los más conservadores también se pasan a los bonos

Pero, de momento, sigue habiendo demanda para los bonos, como demuestra el éxito de las últimas subastas realizadas por el Tesoro de EEUU esta semana, que sólo ha tenido problemas para colocar títulos a 30 años. Y eso, a pesar de que las encuestas de sentimiento muestran un optimismo y una confianza en la bolsa muy elevados.

Un último factor que explica el comportamiento del mercado es el dinero que sale no de la bolsa, sino del extremo contrario: de los fondos monetarios. Es decir, los inversores que aparcaron su dinero en liquidez en lo peor de la crisis tienen menos miedo y están hartos de una rentabilidad nula, así que buscan una inversión que les dé algo más: la deuda. En la última semana de septiembre, los fondos monetarios sufrieron una salida de patrimonio de 43.170 millones, y el grueso fue a parar a productos de deuda.

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