
La fusión entre Iberia y British Airways en igualdad de condiciones tiene fecha de caducidad. El nuevo equipo gestor que acaba de aterrizar en la aerolínea española tiene de tiempo lo que le queda de año para conseguir cerrar una operación ventajosa para sus intereses.
El nuevo presidente, Antonio Vázquez, y su consejero delegado, Rafael Sánchez-Lozano, saben que a partir del próximo ejercicio, cuando la crisis económica comience a remitir, las previsiones de los analistas son mucho más optimistas para British Airways que para Iberia. Lógicamente, el tamaño de la aerolínea británica -que cuenta con 222 rutas y 248 aviones por las 121 operaciones y 183 aparatos de Iberia - le ayudará a crecer más y mejor en tiempos de bonanza.
Aunque en 2010, la aerolínea española ganaría 60 millones de euros y su socia británica sólo 28 millones, en el siguiente ejercicio el beneficio neto de la compañía con sede en Heathrow sería un 50 por ciento mayor que el del grupo con sede en Barajas. Pero es que en 2012, las ganancias netas de British duplicarían a las de Iberia. Con este escenario de futuro sería imposible pensar en una fusión paritaria.
El momento oportuno
Ahora es el momento oportuno para la compañía presidida por Vázquez desde hace dos semanas. Además del agujero económico del fondo de pensiones, que ya supera los 4.200 millones de euros, British Airways acabará el año con unas pérdidas de 469 millones de euros. Aunque Iberia también terminará el ejercicio con números rojos, los expertos solo esperan que pierda 70 millones de euros.
Además, el agujero económico del fondo de pensiones de British Airways, que hoy es un gran handicap para la aerolínea dirigida por Willie Walsh con una deuda de más de 4.200 millones de euros, puede dejar de serlo durante los próximos ejercicios.
La esperada recuperación económica también incidiría en la valoración de este polémico fondo, ya que ayudarán positivamente a mejorar su situación la lógica mejora de los mercados de acciones en los próximos años y la subida de los tipos de interés, que llevan varios meses en mínimos históricos.
Otra razón para darse prisa que ya conocen los nuevos comandantes en la gestión de Iberia es la ecuación de canje. Cuando se anunció la fusión, la posición de British Airways era muy ventajosa y partía con un escenario en el que se le atribuía el 66 por ciento del nuevo grupo, pero el porcentaje ha variado e incluso la bolsa ha llegado a dictar una hipotética mayoría de Iberia , con el 52 por ciento, en febrero.
British lidera el canje
A cierre del viernes, British Airways capitaneaba esta ecuación de canje con un posible 55 por ciento del nuevo grupo, aunque es cierto que en la última semana la aerolínea británica ha crecido mucho más en bolsa que la española, tras el anuncio de que las conversaciones de fusión se volvían a acelerar.
Otra razón por la que Iberia se debería de dar prisa: su posición de tesorería. Sigue siendo privilegiada y supera los 2.200 millones de euros. En este apartado, British Airways pierde claramente la batalla, ya que incluso ni alcanza el 15 por ciento de los ingresos. Pero el panorama puede cambiar tras su anuncio del viernes. Plantea una inyección de liquidez para sanear su tesorería. La aerolínea británica ha puesto en marcha una emisión de bonos convertibles de 700 millones de euros con el objetivo de dar un balón de oxígeno.
El último argumento para pensar que la operación se debe de cerrar pronto no es económico, sino político. La salida de Fernando Conte de la presidencia de Iberia se ha interpretado como un golpe de mano de Miguel Blesa, vicepresidente de la aerolínea y presidente de Caja Madrid, el primer accionista del grupo aéreo. Blesa podría dejar la entidad financiera madrileña en septiembre y cerrar en breve una operación le podría dar un buen puesto en el nuevo grupo. Algunos hablan incluso de la presidencia.