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La corona no da poder: el gobernador del banco central de Dinamarca defiende la adhesión 'de una vez' al euro

  • El país tendrá así un papel más importante en la UE, según Thomsen 
  • "Participaría más en las decisiones y se aislaría de turbulencias globales"
  • Pero los daneses siguen siendo escépticos con cualquier cambio en la divisa
Vista del centro histórico de Copenhague. Foto: iStock

La corona danesa ha sido cuestionada por una voz más que autorizada. No se trata de la monarquía del país, sino de su divisa. Nada menos que el gobernador del banco central del país, Christian Kettel Thomsen, ha defendido que ya va siendo hora de que Dinamarca adopte el euro como moneda y deje atrás a la corona.

Los daneses deberían considerar unirse al euro si quieren tener un papel más importante en la Unión Europea, ha soltado casi a bocajarro el jefe del banco central, insinuando que tal medida podría aislar a la nación de las turbulencias globales. Dinamarca "ya es un país del euro" en un sentido macroeconómico debido a su tipo de cambio fijo, pero adoptar la moneda única le permitiría "participar más fuertemente en la toma de decisiones, estar más integrada" en la cooperación regional, ha dicho Thomsen en una entrevista este jueves.

"Cabría preguntarse cuál sería la diferencia. Creo que las razones deberían buscarse en: ¿preferiría que Dinamarca estuviera más integrada en la cooperación europea? Participamos en la cooperación de la UE en general, pero el BCE o el euro son una parte muy importante de ella", declaró a Bloomberg el danés.

Aunque Bulgaria se unirá a la moneda en enero y otros países, desde Rumanía hasta países no pertenecientes a la UE como Montenegro, también están interesados en hacerlo, Dinamarca se ha mantenido al margen desde hace tiempo. El país obtuvo una cláusula de exclusión voluntaria de la adopción del euro en 1992, postura reafirmada en un referéndum en el año 2000.

Entre los seis miembros restantes de la UE que no pertenecen al euro, los votantes daneses son los más escépticos respecto a la adhesión, y sus gobiernos intentan eludir el tema. Dinamarca mantiene su moneda, la corona, fijada en una estrecha banda del 2,25% frente al euro, alineando así su política monetaria con la establecida por el BCE en Fráncfort. Esta configuración le permite disfrutar de estabilidad cambiaria, pero le impide influir en las decisiones monetarias de la eurozona.

La decisión de adoptar la moneda única es, en última instancia, política, reconoce Thomsen, señalando que "una gran mayoría de la población" respalda el acuerdo actual de un tipo de cambio fijo. Aun así, insiste en que la adhesión al euro podría ofrecer mayor seguridad en un contexto volátil. "Se podría considerar que si el mundo es más incierto, si las reglas del juego se han vuelto más confusas y no se puede contar con que todos las sigan, entonces, como país pequeño, estás más seguro junto con los demás", refuerza su tesis.

En 2018, el Gobierno danés decidió reforzar el debate sobre la UE con el fin de garantizar la mejor base posible para representar las opiniones de la ciudadanía danesa a la hora de debatir el futuro de la UE con otros Estados miembros. A lo largo del año, el Parlamento danés celebró cuatro reuniones de diálogo y una consulta ciudadana sobre aspectos específicos de la UE y el futuro de la UE.

Durante los debates, las cláusulas de exclusión voluntaria de Dinamarca en la UE también fueron un tema importante. Algunos participantes consideraban que las cláusulas de exclusión voluntaria de Dinamarca eran una limitación indeseable para la pertenencia de Dinamarca a la UE. Otros creían que las cláusulas de exclusión voluntaria de Dinamarca proporcionaban protección contra una UE expansiva y protegían la soberanía formal danesa. La cláusula de exclusión voluntaria de Dinamarca en materia de defensa y justicia y asuntos de interior se mencionaba a menudo como problemática, mientras que la cláusula de exclusión voluntaria del euro rara vez era tema de debate.

Otra prueba del 'inmovilismo' en torno a la divisa en Dinamarca se vio a finales de 2022. Ante la escalada de inflación que vivía el país, como tantos otros, algunos académicos, el centro de estudios de libre mercado CEPOS y el exministro Soren Pind argumentaron que debería haber al menos un debate sobre si una política cambiaria fija seguía siendo la opción correcta, argumentando básicamente que el BCE podría no estar a la altura de la tarea de garantizar una inflación baja. Dado el amplio superávit por cuenta corriente de Dinamarca, una corona danesa más fuerte podría ser una forma de amortiguar las presiones inflacionarias internas.

"En nuestra opinión, este es el mayor debate sobre la política cambiaria fija que hemos visto desde al menos la crisis de 1992. Sin embargo, permanece en un segundo plano. Hasta donde sabemos, la mayoría de académicos, funcionarios gubernamentales y la gran mayoría de los político siguen apoyando la política", señalaban entonces los analistas de Danske Bank, apuntando que la decisión de un gran cambio la tendría que tomar el gobierno, y que era muy improbable

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