Un 2,1% sube Solaria a mediodía de este miércoles, y en algún momento ha llegado a revalorizarse un 3,6%. Acciona Energía, por su parte, ha llegado a subir un 2,7% (ahora, cerca de un 2,5%). Ambas se sitúan entre las mejores del Ibex 35 en la sesión, y tocan máximos del año. Y las españolas no están solas. Todo el sector renovable europeo está al alza hoy. Destaca, por encima de todas, la fabricante danesa de aerogeneradores Vestas, que es la compañía más alcista de todo el Stoxx 600, al anotarse un 9,5%. Otra de las cotizadas verdes más emblemáticas, la también danesa Orsted, especializada en el desarrollo de parques eólicos marinos, se anota un 3,5%. El European Renewable Energy Index, índice de referencia para el sector, repunta un 5%.
Solaria ya venía tiempo recuperando, después de un largo tiempo a la baja en bolsa. Se dispara un 47% en los tres últimos meses, gracias a un cóctel de factores, incluyendo las buenas perspectivas para su negocio de baterías y las bajadas de tipos, que favorecen a un sector caracterizado por su alto endeudamiento. También Acciona Energía bebe de ese viento a favor, y en tres meses ha subido un 22% en el parqué.
Las cotizadas de renovables del Viejo Continente celebran hoy algo que sus homólogas de Wall Street ya festejaron ayer: la aprobación por parte del Senado de Estados Unidos, ayer martes, de una versión del proyecto de ley fiscal del presidente Trump que es menos nociva para el sector verde de lo que se esperaba. En concreto, el paquete aprobado por el Senado elimina un impuesto propuesto sobre algunos proyectos y retrasa la eliminación de una ayuda fiscal a la electricidad que beneficia a los proyectos eólicos y solares, tal y como recogió la agencia Bloomberg.
La Bolsa de Nueva York todavía permanece cerrada, pero sí es posible comprobar la euforia que desató ayer esta noticia entre las cotizadas de renovables de EEUU. El gigante estadounidense de las energías limpias, NextEra, se anotó un 5,2% el martes, y compañías más pequeñas, como por ejemplo Sunrun, se dispararon más de un 10%.
No puede olvidarse que Trump entró en la Casa Blanca con un claro mensaje anti Green Deal y anti renovables, con un lema a favor de los combustibles fósiles: "We're gonna drill, baby, drill", afirmó el presidente en su discurso de investidura, advirtiendo que el país extraería más petróleo para recortar los costes de la energía. Nada más llegar al cargo promulgó varias medidas anti renovables. Su objetivo, al menos en su discurso, era echar para atrás la Inflation Reduction Act (IRA) de su predecesor, Joe Biden, que a efectos prácticos supuso la mayor inversión climática en la historia de EEUU, con unos 369.000 millones de dólares destinados a energía limpia.
Sin embargo, en palabras de Natalia Luna, analista senior de investigación temática de Columbia Threadneedle, finalmente Donald Trump no está siendo tan terrible como se esperaba para el sector de las renovables: "Va a mantener los incentivos fiscales, quizá menos de los que había antes, pero los mantendrá, y eso es positivo", anticipaba Luna ya días antes de que se conociese esta decisión del Senado. "Muchísimos de los incentivos fiscales para producir renovables benefician precisamente a estados republicanos y, además, el sector genera crecimiento económico y empleo". Al mismo tiempo, explica esta experta, "Trump quiere convertir a EEUU en un superpower en inteligencia artificial, y la IA necesita muchísima energía, no basta con el gas; se necesitan renovables". De ahí que el presidente haya recibido mucho lobby por parte de las big tech, como Microsoft o Amazon, para que no juegue en contra de este sector, añade Luna.
"En lo que respecta al vehículo eléctrico es cierto que las políticas de Trump han sido definitivamente negativas, pero otras áreas, como la energía nuclear o la red eléctrica -y esta última es fundamental para la transición energética- están recibiendo incluso más apoyo que antes", añade esta analista, especializada en este segmento de inversión.
La futura ley todavía tiene camino por delante. Los cambios aprobados por el Senado ahora deberán regresar a la Cámara de Representantes y, en opinión de Chip Roy, miembro de la Cámara de Representantes por Texas, la flexibilización del crédito fiscal a la energía es "un obstáculo para el acuerdo".