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Aunque la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que se reúne mañana en su cuartel general de Viena, acapara todas las miradas del mercado, éste no puede olvidar que en la tarde del jueves tiene su cita semanal con los datos que difunde el Departamento de Energía de Estados Unidos, en los que detalla la evolución de las reservas de crudo y combustibles de la primera economía mundial.
Si este hecho siempre hace que sean sensibles para la cotización del petróleo, en esta ocasión lo son aún más porque las cifras de las tres últimas semanas han sido preocupantes. Es decir, han reflejado que la despensa norteamericana se ha vaciado más de lo previsto. Vamos, que tiene menos crudo, gasolina y productos destilados. La llama bajista del dólar calienta la escalada de la bolsa, el crudo y el oro.
Estos descensos consecutivos han figurado entre los causantes de la reciente subida del oro negro, ya que esa evolución puede alimentar un incremento de la demanda futura de crudo por parte de Estados Unidos, con la consiguiete presión alcista sobre el precio.
¿Qué espera el mercado?
Los datos se anunciarán a las 16:30 horas -en horario español- y las previsiones contemplan que las reservas de crudo podrían haber repuntado en 50.000 barriles, frente al descenso de 2,1 millones de barriles de la semana previa; las de gasolina podrían caer en 1,65 millones de barriles, por debajo de los 4,3 millones barriles precedentes; y las de productos destilados podrían aumentar en 950.000 barriles, por encima de los 672.000 barriles del último recuento.
Unos datos peores de lo esperado pueden caldear todavía más la expectación en torno al crudo, que marca las cotizaciones más altas desde noviembre. En la mañana de hoy, el barril Brent, de referencia en Europa, ha superado los 62 dólares, mientras que el barril norteamericano WTI camina sobre los 63 dólares. La demanda mundial de petróleo podría subir por primera vez desde 2007.
