
La escalada del precio del barril de Brent encarecerá la factura comercial energética española en 5.400 millones de euros este año, si se cumple la previsión del Gobierno de un precio medio de 67,7 dólares. Aunque el aumento de Brent, además de impactar en la balanza comercial, genera otros perjuicios a la economía española.
El primero sería el impacto sobre el crecimiento. Los 5.400 millones de euros equivalen a medio punto del PIB, aunque Juan Fernando Robles, profesor del CEF, aclara que no significa que la subida del Brent reste medio punto al crecimiento, pronosticado por el Gobierno en un 2,7 por ciento. "El petróleo ya subió con fuerza el año pasado y no se mermó el crecimiento. El aumento de las exportaciones españolas puede compensar el sobrecoste del petróleo".
En este aspecto, Javier Santacruz, investigador de la Universidad de Essex, matiza que el tipo de cambio, favorable al euro, también podría suavizar el impacto del mayor precio. El profesor Santacruz calcula que cada euro de subida del Brent acarrea 474 millones de euros adicionales de déficit comercial. El Plan de Estabilidad aprobado hace unos días fija en 67,7 dólares el coste medio del crudo frente a los 54,2 dólares de 2017, un encarecimiento de 13,5 dólares por barril. Por los 474 millones de Santacruz, el sobrecoste se elevará a esos 5.400 millones de euros.
Máximos en 75 dólares
Si no va a más. El precio del barril Brent ha tocado máximos anuales el 30 de abril en 75,17 dólares y ayer estuvo cerca de los 74 dólares, precios que nos se pagaban desde el último trimestre de 2014. En mes y medio se ha incrementado 15 dólares, lo que explica que el Gobierno haya aumentado su previsión de coste del petróleo en menos de un mes. Así, en el proyecto de Presupuestos de 2018 presentado a primeros de abril, el coste medio del barril se calculó en 66,4 dólares, 1,3 menos que en el Programa de Estabilidad remitido a Bruselas el 30 del mismo mes.
El Programa de Estabilidad apunta que para 2018 se prevé un incremento anual del precio medio del barril del 25 por ciento y una estabilización en un nivel ligeramente inferior a los 64 dólares del periodo de proyección que llega hasta 2021. Robles apunta que no todo el petróleo que importa España se La subida del barril de 'Brent' pone en jaque medio punto del PIB español La elevación del precio encarecerá 5.400 millones de euros la balanza comercial dedica al consumo doméstico.
La factura energética del pasado año fue de unos 40.000 millones de euros, pero la industria de refino es excedentaria en balanza comercial, por lo que se ingresó por exportación unos 11.000 millones de la venta de productos petrolíferos. Es decir, que el saldo negativo fue de unos 30.000 millones de euros, datos que coinciden con los aportado por Santacruz, 30.235 millones de euros, cifra desconocida desde septiembre de 2015. Hay que tener en cuenta que la factura crece no solo por el aumento del precio del crudo, sino por el incremento del consumo debido a la mejora económica.
Según la Asociación de Operadores de Productos Petrolíferos, entre febrero de 2017 y de 2018, se han importado 66,6 millones de toneladas de crudo, un 14,7 por ciento más que en el mismo periodo del año anterior. Donde sí generará alguna variación es en la inflación, según señala Xavier Mena, profesor de Economía de Esade. En primer lugar, el aumento del coste de los carburantes pesa mucho en la cesta del IPC, pero además tiene un arrastre inducido en otros productos y servicios por el encarecimiento del transporte, que tiende a repercutirse en precios. Y, en tercer lugar, Mena no descarta que el encarecimiento de los carburante y del propio IPC suponga una presión en la negociación salarial.
Sobre las empresas, el profesor de Esade puntualiza que muchas compañías muy expuestas al petró- leo –como aerolíneas o grandes industrias– toman medidas de salvaguardia, comprando con mucha antelación con el mercado de futuros. Si el barril se dispara, como ha sucedido estas semanas, pagarán los precios comprometidos meses atrás, aunque puede ser a la inversa y que los precios bajen, pagando en exceso. Pero Mena aclara que este coste ya está previsto en la estructura de costes. Al margen del efecto en cada empresa, el sector más afectado por la subida es el transporte.
El profesor de Esade considera que, dada la fuerte competencia, será difícil que pueda repercutir a los clientes el precio, aunque no descarta que se produzcan subidas. Subsectores como el taxi, con tarifas reguladas, tendrán que absorber en los márgenes el coste del diésel. El turismo no se verá muy repercutido y la petroquímica podrá trasladar el sobrecoste a sus clientes. Las energías alternativas saldrán ganando con un crudo mucho más alto.