
Después de varios intentos infructuosos, el oro ha llegado hoy a tocar con la punta de los dedos los ansiados 1.000 dólares por onza. Los inversores aceleraron las compras de este metal precioso al mismo ritmo que caía el dólar, que ha marcado mínimos de 13 años frente al yen y nuevos mínimos históricos frente al euro. Que la cotización del oro logre o no mantener este nivel dependerá de lo que vaya ocurriendo con la economía estadounidense y su divisa.
Los futuros para abril del oro se negocian en estos momentos entorno a los 996,20 dólares tras tocar los 1.000 dólares la onza a mitad de la mañana en la división de metales COMEX de la Bolsa Mercantil de Nueva York. "En este momento el dólar es el principal factor impulsor detrás del movimiento", explica Walter De Wet, analista de Standard Bank.
El dólar ha caído en picado hasta llegar a un mínimo de 12 años frente al yen y registrar caídas récord frente al euro por la creciente preocupación sobre la salud de la economía de Estados Unidos y del sector financiero. La caída del billete verde se produjo pese a comentarios el miércoles del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, de que le gustaría ver un dólar más fuerte.
Un dólar debilitado abarata el oro para los inversores que operan en monedas más fuertes, por lo que con frecuencia eleva la demanda del lingote. El metal también es habitualmente visto como cobertura contra la inflación liderada por el petróleo. Por estas dos razones, el oro ha subido un 19 por ciento en lo que va de año, además de un 32 por ciento el ejercicio pasado.
"Cada porción de malos datos económicos de Estados Unidos eleva al oro en dos formas. Primero porque refuerza el regreso de su papel como activo de refugio seguro, y segundo porque el dólar cae por expectativas de más recortes de la tasa de interés por la Reserva Federal", explica Fortis Bank.