
Casi una cuarta parte (el 23%) de los contribuyentes que declaran el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) acepta como correctos los datos fiscales que le envía la Agencia Tributaria (Aeat), aun siendo consciente de estar evadiendo impuestos, mientras que otro 21% acepta como correctos estos datos, sin plantearse si evade impuestos o no. Asimismo, el 86% de los consultados cree que el fraude en general ha aumentado.
Así, se desprende del informe Opiniones y actitudes fiscales de los españoles en 2016, elaborado por el Instituto de Estudios Fiscales del Ministerio de Hacienda.
Otro 21% completa la declaración del IRPF con toda la información fiscal necesaria, aunque ello le suponga pagar muchos más impuestos, frente a un 8% que lo hace parcialmente, si ello no supone pagar muchos más impuestos, y siendo consciente de que está cometiendo fraude fiscal.
La encuesta, que abarca las opiniones de 3.000 contribuyentes con una amplia representación de factores personales, sociales y territoriales, muestra que un 86% de los consultados cree que el fraude aumentó, frente a un 14% que cree que disminuyó.
Deficiente gestión pública
Un dato importante, al considerar la gestión que hace la Administración de los servicios y las prestaciones de su competencia, la mayoría de los encuestados considera que prácticamente toda la oferta pública está deficientemente gestionada y que la relación entre impuestos que se pagan y servicios y prestaciones que se reciben en España es peor que la existente en otros países de la Unión Europea.
Por otra parte, la principal causa del fraude fiscal mencionada es la impunidad con que cuentan los defraudadores. Le siguen la falta de honradez y de conciencia cívica, la ineficacia en la lucha contra el fraude y la presión fiscal excesiva.
La mayoría de los entrevistados está convencido de que los colectivos más defraudadores a la Hacienda Pública son los empresarios, seguidos por profesionales liberales, trabajadores autónomos y rentistas, mientras que los asalariados y agricultores son aquellos -creen los encuestados-, que mantienen la conducta fiscal más honesta.
Con respecto al comportamiento de los contribuyentes, hay un predominio de quienes piensan que el cumplimiento fiscal no ha mejorado en la última década, continuando la tendencia negativa iniciada en 2008, donde el 74% de los ciudadanos considera que el pago de impuestos es peor. En cuanto al 26% de los ciudadanos que perciben una evolución positiva, lo atribuyen a tres factores de importancia desigual, como son las retenciones salariales, la Inspección o la conciencia cívica ciudadana.
Preguntados sobre el supuesto en que Hacienda reflejase más ingresos de los reales, un 50% manifiesta que modifica los datos, disminuyendo legalmente todo lo que puede su deuda tributaria; un 15% acepta como correctos los datos fiscales, sin ser consciente de que está pagando más impuestos de los que en realidad le corresponde; mientras que un 8% acepta como correctos los datos fiscales que le ha enviado Hacienda, siendo consciente de que está pagando más impuestos de los que en realidad le corresponde.
El 39% de los entrevistados cree que el hecho de realizar algún tipo de cambio en los datos fiscales enviados por la Aeat, esté ligado al hecho de ser inspeccionado por la entidad, frente a un 33,8% que no lo cree así.