La CNMV no es la única que está investigando a Pescanova. Fuentes de máxima solvencia confirmaron ayer a elEconomista que Hacienda ha abierto también una inspección para clarificar cuál es la situación real de la empresa y poder detallar así la deuda pendiente con el fisco, tanto de la matriz como de distintas filiales en España.
La investigación se abrió tras la solicitud el pasado 1 de marzo del preconcurso de acreedores, sin que por ahora se haya llegado a ninguna conclusión definitiva. Las fuentes consultadas explican que "Hacienda tiene la obligación de abrir siempre una inspección a cualquier empresa que entre en situación concursal para conocer cuál es su situación real y detallar así sus compromisos con la Administración".
Pescanova declinó hacer ayer ningún tipo de valoración al respecto, asegurando que no podía ni confirmar ni desmentir la noticia.
Además de la deuda oculta, que podría superar los 1.400 millones de euros, Hacienda está investigando las operaciones cruzadas entre las distintas compañías del grupo y el posible desvío de dinero al extranjero, sobre todo por si pudiera haber evasión de capitales hacia paraísos fiscales. Tal y como adelantó este periódico el pasado sábado, la banca tiene sospechas fundadas de que Pescanova podría haber obtenido créditos irregulares a través de la firma de contratos falsos de transporte de mercancías.
'Conocimientos de embarque'
A falta de que se designe un nuevo auditor forensic, especializado en fraudes financieros, el asesor financiero de la banca acreedora, KPMG, está investigando ya si se falsificaron bill of lading o conocimientos de embarque para obtener financiación.
Se trata de documentos propios del transporte marítimo, que se utilizan como contrato de envíos de las mercancías en los buques. La finalidad de estos contratos es proteger al cargador y al consignatario de la carga frente al naviero y dar confianza a cada parte respecto al comportamiento de la otra. Pescanova los habría presentado ante entidades bancarias -hay al menos varios de ellos con bancos alemanes- para lograr crédito, cuando en realidad no existía ninguna mercancía ni se habría llevado a cabo, por lo tanto, ningún tipo de transporte.
A la espera de clarificar la situación y ante la amenaza de una querella por parte de los accionistas minoritarios contra todo el consejo de administración, el principal problema de Pescanova en este momento es que se está quedando sin tiempo. La CNMV le dio de plazo hasta el próximo viernes para que presentara sus cuentas -es ya el tercer ultimátum- y la compañía ni siquiera ha convocado todavía al consejo de administración.
Los accionistas críticos -Damm y Luxempart- dan por hecho que el presidente de la multinacional, Manuel Fernández de Sousa, tendrá que convocar al máximo órgano ejecutivo, pero los días van pasando y hasta ahora no hay ninguna fecha en firme. Pescanova insiste, de hecho, en que no es necesario un nueva convocatoria y que tiene de plazo hasta el 30 de abril para presentar sus cuentas. La CNMV ha dado de plazo, sin embargo, hasta el viernes, insistiendo en que la convocatoria del consejo es obligatoria.
Sea como fuera, las cuentas que presenten ante el supervisor no tendrán el respaldo de ningún auditor. BDO, al que se le ha rescindido el contrato, ha dejado ya muy claro que no expresará opinión sobre las mismas ante la falta de información y, lógicamente, no hay tiempo material para que ningún otro pueda supervisarlas.
Situación agónica
La compañía se encuentra ahora mismo en una situación financiera agónica y, según distintas fuentes, se está quedando ya sin dinero para afrontar algunos pagos. De hecho, se calcula que como mucho tendría liquidez hasta la semana que viene. La banca está dispusta a firmar un crédito de urgencia de entre 50 millones y 100 millones para mantener la operativa, pero insiste también en que no puede hacerlo a ciegas.
Banco Popular, uno de los acreedores, se mostró ayer "en disposición de ayudar" a la compañía, aunque precisó que, para ello, necesita conocer sus cuentas de 2012 y su deuda. En una entrevista a la Radio Galega, el director general de banca privada de la entidad, Miguel Ángel Luna, aseguró que, "como es lógico", están pidiendo información sobre las cuentas de Pescanova para "a partir de ahí, hacer un plan de refinanciación". "Ahora está en concurso , y los jueces tienen la sartén por el mango", aseguró.