
Uno de los objetivos de la reforma laboral del Ejecutivo era la devaluación salarial. A falta de ver cumplidas otras metas, cuyos resultados precisan de más largo plazo, la de la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores es patente.
Las empresas están combinando despidos con ajustes de sueldos, según apunta el diario El País en un artículo publicado este domingo en el que distintos expertos aseguran que, al mismo tiempo, en España se está trabajando más -quienes conservan el empleo- por el mismo sueldo o por menos, incluso.
La consecuencia es que aumenta la productividad y el país está recuperando parte de la competitividad perdida durante los años de crecimiento que llegaron después de su entrada en el euro. El objetivo a medio plazo es el de conseguir exportar más y que esas exportaciones tiren de la economía nacional.
Sin embargo, no son pocas las voces que advierten sobre los riesgos de esta política. Así, una devaluación interna como la que se está produciendo provoca pérdida de poder adquisitivo de los asalariados y la consecuente caída del consumo interno. Estos efectos dejan sentirse de manera inmediata, mientras que la marcha general de la economía mundial no ayuda a que las exportaciones crezcan al ritmo suficiente para compensar el 'stop' en la demanda interna.
La devaluación interna en un país como España, con un sector privado excesivamente endeudado, dificulta además a los afectados por la reducción de los salarios hacer frente a sus deudas.
Por otra parte, un menor consumo interno y sueldos menores supone también menos recaudación para las arcas del Estado.