
El Gobierno ha enviado por fin al Congreso de los Diputados el Proyecto de Ley de medidas fiscales para la sostenibilidad energética, así como la memoria económica de la propuesta en la que el Ejecutivo ya calcula que el precio del gas para los consumidores domésticos se encarecerá entre un 3,05% y un 4,43% a partir del 2013, sin tener en cuenta los efectos del incremento del IVA, lo que afectaría a unos 7,5 millones de clientes, lo que supone un incremento del 25% en apenas dos años.
Según el documento, al que ha tenido acceso elEconomista, en las cuentas que ha realizado el Gobierno también para el mercado industrial del gas, existe una evolución de la repercusión en relación con el consumo y los aumentos de precio que irá desde un 5% para los de menor consumo hasta un 8% para los que utilizan una mayor cantidad de hidrocarburo.
Este aspecto afecta a 3.706 clientes que suponen el 55% de todo el consumo nacional de gas en España. Se trata principalmente de las cerca de 900 instalaciones de cogeneración que están vinculadas a la industria química, papelera, alimentaria, farmacéutica, azulejera, petroquímica, textil y automóvil.
El propio Gobierno destaca en su memoria económica el impacto de la medida para empresas como Fertiberia, que utiliza el gas natural como materia prima para producir amoniaco en las plantas de Palos de la Frontera y Puertollano (80% de los costes de producción).
La explicación que da para incluir este nuevo gravamen no deja dudas: "Tiene un objetivo esencialmente recaudatorio, ya que es una fuente relevante de ingresos tributarios". Y es que los combustibles líquidos destinados al transporte por carretera han venido contribuyendo a este objetivo a través de los actuales tipos del impuesto sobre hidrocarburos, pero el gas natural y el carbón para generación eléctrica han venido disfrutando de un tipo igual a cero.
Por ese motivo, el Ejecutivo ahora decide subir esta partida para que todos los combustibles contribuyan a reducir las emisiones de gases hasta el 2020.
Empresas afectadas
El problema es que estas tasas serán repercutidas no sólo al consumidor, sino también a la industria y creará un efecto muy nocivo si se ven abocadas al cierre.
En concreto, para los grandes consumidores industriales el recibo eléctrico puede subir entre un 10 y un 14 por ciento. La razón es que el mercado mayorista de electricidad puede crecer en unos 10 euros/megavatio debido a que las eléctricas trasladarán el gravamen del 6% del impuesto a la generación.
De hecho, la Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía ha alertado de que entre el 14 y el 17 de septiembre el mercado de futuros experimentó "bruscas subidas" que no se han producido en otros mercados europeos, lo que "anticipa el traslado íntegro de las tasas al consumidor español" antes incluso de que se apruebe la medida. Además, tal como está configurada la reforma, el segmento industrial soportará unos 60 millones sólo por el céntimo verde aplicado al gas natural. Incluso el Anteproyecto de Ley aprobado la pasada semana elimina las exenciones de las que disfrutaba la cogeneración, una fuente de generación utilizada en las industrias para poder afrontar los precios eléctricos.
Con todo, los grandes consumidores de energía tendrán un impacto directo de hasta 15 euros por megavatio/hora como consecuencia de la tasa y del céntimo verde, con lo que mucha industrias se quedarán a las puertas del cierre.
Por su parte, la Asociación Española de Cogeneración (Acogen) confía en que la situación cambie durante el trámite parlamentario porque en tal caso se estaría acabando con la única solución que tiene España para salir de la crisis: la industria.
Lea el artículo completo en la edición en PDF de elEconomista.