
Tres años le ha costado al Grupo Natra desprenderse de la filial de vinos y cavas Torre Oria, que puso en venta en 2008 al considerarla no estratégica.
El comprador es un directivo del sector del cacao, Víctor Llinares, que hasta finales del año pasado fue director de Operaciones de Chocolates Valor. Aunque la operación se cerró el pasado 15 de marzo, Llinares gestiona la bodega desde diciembre, cuando se incorporó como máximo directivo de Torre Oria en sustitución de Javier Aguirre.
Llinares explicó a elEconomista el porqué de esta aventura empresarial. "Quería emprender un proyecto por mi cuenta y dentro del sector agroalimentario, en el que tengo experiencia, quería algo que fuera netamente exportador", afirmó.
La venta se realizará en tres fases. En primer lugar, Torre Oria traspasará a Participaciones Natra, filial del grupo, los inmuebles, la maquinaria y parte de su deuda. A continuación, Víctor Llinares comprará Torre Oria por 425.000 euros. Por último, Torre Oria firmará un contrato de arrendamiento de industria con Participaciones Natra para utilizar la bodega y la maquinaria por un importe de 100.000 euros al mes. Este contrato incluirá una opción de compra sobre los inmuebles y la maquinaria.
Pendiente de los bancos
La operación está pendiente de que los bancos acreedores de Natra den su visto bueno, ya que tienen capacidad de vetarla, según el contrato de refinanciación firmado en marzo de 2010. No es probable que lo hagan, ya que Torre Oria no ha dejado de perder dinero en los últimos años (en 2010 perdió 2,3 millones, con una facturación de 3,1 millones). Según fuentes del Grupo Natra, "es cuestión de semanas o días".
La empresa Torre Oria fue creada en 1981, aunque la bodega existe desde 1897. En 1991 entró Natra para financiar un plan de expansión y en 2001 tomó el 100 por cien. Posee unos terrenos de 100.000 metros cuadrados en el Dominio del Derramador, en Requena (Valencia), donde se ubican las bodegas de 5.000 metros cuadrados. En ellas elabora vinos y cavas.
Acuerdo con la familia Bokoko
La llegada de Llinares ha supuesto un cambio en la filosofía de la bodega, muy enfocada ahora la innovación y la proyección internacional. En esta línea, ha firmado un acuerdo con la familia de Bisila Bokoko, directora ejecutiva de la Cámara de Comercio de España en Nueva York, para elaborar y comercializar 10 vinos y 3 cavas con la marca Bisila. Para ello, han constituido una sociedad conjunta que tiene previsto elaborar unas 65.000 botellas el primer año, según explicó a elEconomista Boyoyo Bokoko, impulsor de la marca que lleva la imagen de su hermana.
Su objetivo son los mercados de África ?la familia es de origen guineano?, China y Estados Unidos. Según Bokoko, "África es un mercado emergente donde no hay cultura del vino, salvo en Sudáfrica, y vamos a introducirlo con una imagen muy africana".