
El banco portugués Espírito Santo ha presentado hoy sus resultados semestrales, que reflejan el deterioro acelerado del patrimonio neto del conglomerado: entre enero y julio perdió 3.577 millones de euros, de los cuales nada menos que 3.488 millones deben atribuirse al segundo trimestre. Se trata de la mayor pérdida registrada nunca por una entidad financiera portuguesa.
La mayor parte del peso de este desplome del beneficio hay que buscarla en las provisiones de centenares de millones de euros destinadas a hacer frente a las deudas de las empresas que componen el Grupo Espírito Santo.
"Factores de naturaleza excepcional ocurridos durante este ejercicio han determinado la contabilización de pérdidas, de deprecidaciones y de provisiones", explica la compañía en el comunicado remitido a la Comisión del Mercado de Valores Mobiliários, equivalente portugués a la CNMV española.
El banco recuerda que, de no ser por esos factores extraordinarios, los daños se limitarían a pérdidas por valor de 255,4 millones de euros, peores pero no demasiado que las registradas en el primer semestre de 2013, cuando el patrimonio neto del BES se redujo en 237,4 millones de euros.
La compañía pide al mercado que confíe en ella al recordarle que el pasado mes de junio el BES llevó a cabo una ampliación por 1.045 millones, lo que sitúa su capital total admitido a negociación en 5,6 millones de acciones por un valor de 6.085 millones.
Pese a ello, mucho analistas señalan que la mala situación patrimonial podría forzar al banco luso a buscar un nuevo aumento de capital, puesto que el colchón financiero del banco es de unos 2.100 millones de euros, según datos divulgados este mismo mes por la propia entidad.
Prohibidas las ventas en corto
La bolsa en Lisboa ya daba por descontado que los resultados del BES serían catastróficos, pero no se esperaba que las pérdidas superasen tan ampliamente el listón de los 3.000 millones. Por eso sus títulos marcaban al cierre un mínimo histórico de 0,347 euros tras caer un 10% (en lo que va de año se han dejado el 60%).
Y por eso el regulador había prohibido las ventas cortas al descubierto (apostar a la baja) durante todo el jueves 31 de julio.