
Los mayores operadores de telecomunicaciones europeos tuvieron ayer que pellizcarse para creérselo: Neelie Kroes, vicepresidenta de la Comisión Europea, responsable de la Agenda Digital y azote de los antiguos monopolios, anunció ayer que la UE no intervendrá en los precios de los servicios mayoristas de banda ancha fija ni tampoco regulará las condiciones de acceso a las nuevas redes de alta velocidad. Esa decisión, que se formalizará a finales de año, colma los deseos de los operadores históricos del Viejo Continente, hasta ahora resignados a trabajar e invertir en un marco regulatorio impredecible y adverso.
De ahora en adelante, las telecos pueden tener la certeza de que los organismos europeos no intervendrán en los precios de los servicios de acceso a Internet a través de la tecnología de cobre (ADSL) que ofrecen a sus competidores, al menos durante los ocho próximos años. Ese plazo es considerado por el sector como más que suficiente para que las compañías propietarias de las infraestructuras puedan planificar sus inversiones en las redes de nueva generación en las condiciones de estabilidad que desde siempre habían demandado.
Compartir será voluntario
Kroes animó a las compañías de telecomunicaciones para que inviertan a sus anchas en el despliegue de sus infraestructuras y para que las gestionen a su gusto, con absoluta libertad para compartir o no sus redes con otros competidores. De esa forma, la UE pretende reactivar unas inversiones en fibra óptica, que hasta el momento estaban frenadas por las incertidumbres regulatorias, tanto europeas como nacionales. Kroes alegró los oídos de los operadores dominantes al comprometerse a "limitar la intervención regulatoria a lo estrictamente necesario", fijando el año 2020 como plazo mínimo. Respecto a las normativas que afectan a las conexiones de ADSL, mayoritarias en el continente, Kroes reconoció que "las rebajas de los precios del cobre no induce una mayor inversión en la banda ancha de gran velocidad".
Por su parte, la Organización Europea de Operadores de Telecomunicaciones celebró el anuncio de Kroes al considerar que representa "un paso importante para construir la confianza de los inversores", según Luigi Gambardella, presidente de la patronal de los exmonopolios europeos.
La Asociación Europea para la Competitividad de las Telecomunicaciones se mostró contrariada con las medidas propugnadas por Kroes ya que estas permitirán a los operadores tradicionales recuperar sus monopolios, así como seguir "cobrando de más a los clientes".
Los analistas de Bernstein Research destacaron que la regulación del sector de las telecos se concentrará ahora en la mejora del retorno de los despliegues de fibra óptica, sin imponer regulación de costes en las redes de próxima generación donde ya existe suficiente competencia.