
La crisis política y económica de España está generando novedosos estratos sociales. Y la pertenencia a un estrato u otro viene definida por la diferencia que existe entre estar protegido por el sistema o ser expoliado por el mismo.
La radiografía social de España muestra actualmente una extrema polarización que divide a dos segmentos sociales diferenciados tanto económicamente como respecto al acaparamiento de privilegios. Por tanto, está surgiendo en nuestro país un nuevo y peligroso modelo de sociedad, caracterizado por una fragmentación radical causada por la desaparición progresiva de la clase media y media alta.
En la cúspide de la pirámide social se sitúa la clase privilegiada de nuestro sistema partitocrático, conformada por la oligarquía político-sindical y la élite financiera. Socios inseparables que se han enriquecido a costa de convertir el proyecto de democracia española en una cleptocracia y, por consiguiente, de sumir en la miseria a millones de españoles.
El nuevo proletariado está compuesto en la actualidad por pequeños empresarios, autónomos, profesionales liberales y empleados por cuenta ajena con formación. El sector privado, a excepción de las grandes multinacionales, ha sido masacrado fiscalmente para mantener con vida a la partitocracia. La devaluación salarial interna que está experimentado España, unida a la desbocada presión fiscal, ha empobrecido salvajemente a los trabajadores del sector privado. También podemos incluir en esta capa social a aquellos empleados públicos encuadrados en la categoría salarial de mileuristas.
El escalafón social más bajo, un pozo en el que cualquier español que no pertenezca a la casta política puede caer, se encuentra integrado por los desempleados, que son auténticos damnificados de la crisis.
Los funcionarios, aunque solo fuera porque no sufren la incertidumbre y los problemas psicológicos derivados de la posibilidad de ingresar en cualquier momento en las listas del INEM, puesto que se han ganado su plaza en la Administración vía oposición, están mejor posicionados ante la crisis que los empleados del sector privado. No obstante, la constante pérdida de poder adquisitivo, en general, de este colectivo deja en el aire su inclusión en la tradicional clase media española.
Realmente, los funcionarios han sido perjudicados por la politización de la Administración, lo que ha contribuido al desprestigio y al mal funcionamiento de la misma. La contratación de miles de empleados públicos enchufados (y, por supuesto, sin oposición) por el PP-PSOE y de miles de asesores políticos con salarios insultantes ha recortado la tarta de la que comen los verdaderos funcionarios. Además, los escandalosos sueldos del personal político y de sus asesores han provocado que la media salarial en la Administración Pública esté por encima de la del sector privado.
Resaltar que los hogares formados por pensionistas son los que disfrutan, en muchos casos, de mayor nivel de renta y que éstos están siendo el soporte de muchas familias. Si no ha habido un estallido social en España ha sido gracias a ellos y a Cáritas.
¿En qué nos hemos convertido?
En virtud de lo anterior, la configuración de la sociedad española se va pareciendo gradualmente a la de un país tercermundista, comunista o dominado por una dictadura corrupta: familias, pymes y autónomos explotados y empobrecidos por un sistema político diseñado a la medida de los intereses y privilegios de sus gobernantes.
La Justicia al servicio del poder político, sindicatos que se lucran con el dinero que les corresponde a los parados, una Casa Real desprestigiada, ciudadanos expoliados por una casta política enfangada en la corrupción, medios de comunicación que siguen instrucciones del Gobierno o de la oposición, cajas de ahorros inviables convertidas en bancos y salvadas con el dinero de los españoles...
Esta tercera legislatura de Zapatero, liderada por Rajoy, debería ser un punto de inflexión para que este régimen bipartidista llegue a su fin y surja una verdadera democracia que reconfigure el espectro social de España y potencie a una nueva clase media y empresarial que aporte estabilidad a nuestro país.
¿Recuperación económica? Primero es necesario solucionar el problema político. Para ello, los españoles deberían valorar nuevas opciones. Ya no vale el "y tú más" del PP y el PSOE.