Banca y finanzas

El BCE quiere los datos de créditos de toda la banca para vigilar la solvencia

  • Desean tener listo el proyecto Anacredit para finales de 2016

La construcción desde cero del nuevo supervisor europeo está obligando a reinventar esquemas y herramientas. El Banco Central Europeo (BCE) baraja diseñar un archivo común con los datos de los créditos y, potencialmente, de otras posiciones de riesgo asumidas por las más de 6.000 entidades financieras que pasará a vigilar el 4 de noviembre.

Se trata de un repositorio, al estilo de la Central de Información de Riesgos (Cirbe) española, del que se asistirá para verificar la solvencia en sus nuevas labores supervisoras, sin que, por el momento, se prevea el acceso de los bancos. La Cirbe española cumple la doble función de facilitar la tarea prudencial al Banco de España, la sana gestión del riesgo a las propias entidades, y es una valiosa herramienta estadística para testar la marcha económica. Una entidad crediticia puede revisar en la Cirbe la posición de un cliente cuando le solicite financiación para evaluar su solvencia, si carga con deudas y si es buen o mal pagador, función no prevista inicialmente para el mecanismo común.

Finales de 2016

El BCE desea tener listo el proyecto, bautizado como Anacredit, para finales de 2016, si bien tiene visos de demorarse por la pobre base de partida. No todos los países cuentan con un registro similar al nuestro, algunos son muy limitados en información y otros países solo disponen de burós privados. España tiene ambos: la Cirbe y archivos privados como el de Equifax. Entre los países sin registros públicos figuran Reino Unido, Chipre, Estonia, Finlandia, Grecia, Hungría, Holanda o Polonia, aunque están asistidos por soluciones privadas.

Se podía pensar que hay un pequeño embrión porque desde 2005 colaboran y se intercambian inforamación los registros de nueve países -España, Alemania, Francia, República Checa, Austria, Italia, Portugal, Rumanía o Bélgica- en acreditados superiores a 25.000 euros.

Sin embargo, la falta de armonización es una barrera para dar el salto rápido. Incluso en los países con repositorios públicos la heterogeneidad en la información es amplia: el umbral de riesgo reportado varía desde 0 euros a 1,5 millones; algunos incluyen derivados y títulos de deuda, otros no; tampoco hay unidad en los datos de créditos, avales e, incluso, en qué entidades están obligadas a reportar.

En discusión

La estructura está aún en discusión, en ningún caso sustituirá a las herramientas nacionales, y la primera tarea sería armonizar conceptos y definiciones. El BCE ha puesto el proyecto en manos de un grupo de trabajo y ha comenzado a explorar el campo a través de los supervisores. El Banco de España les ha trasladado a las entidades las reflexiones del organismo, en un intento de chequear la virtualidad de recabar los datos que desea incorporar, indicaron en el sector.

A modo de proyecto piloto se están realizando las primeras recolecciones de información, totalmente anónimas, sin código de entidad ni de titulares, y con datos tanto granulares como acumulados. A priori, las entidades españolas confían en que no suponga grandes esfuerzos porque la Cirbe es de la más ricas. Recoge todos los créditos, avales y riesgos suscritos -créditos, préstamos, tarjetas bancarias, líneas de descuento, etc.-, y el Banco de España dictó en 2013 una nueva circular, que impone un reporte tan minucioso de datos que su aplicación será progresiva hasta 2015.

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