Concesiones Aeroportuarias (Conaer), la filial de Globalvía que construyó y debía explotar el aeropuerto de Castellón, ha entrado en concurso voluntario de acreedores al no haber llegado a un acuerdo con la Generalitat valenciana sobre la indemnización que le corresponde tras la rescisión de la concesión.
Conaer invirtió 121 millones de euros en el aeropuerto a cambio de una concesión de 47 años para explotarlo, pero sus diferencias con la empresa pública Aerocas acabaron en los tribunales y la Generalitat decidió rescindir el contrato.
La rescisión unilateral, el 30 de diciembre de 2011, dejaba a Conaer en una delicada situación, abocada al concurso de acreedores si no llegaba a un rápido acuerdo con Aerocas, como publicó elEconomista ya en enero. La negociación duró varios meses, pero no fructificó, por lo que Conaer presentó el llamado preconcurso en verano y, pasados cuatro meses, se ha declarado en concurso.
La filial de Globalvía ?participada al 50 por ciento por FCC y Bankia? tiene un pasivo de unos 90 millones, aunque la mitad no es exigible, ya que corresponde a un préstamo participativo que le concedió la propia Aerocas y que ambas partes están de acuerdo en que se cancele como parte de la indemnización a Conaer.
"Nuestro activo es el pleito"
Otros 34 millones son de un préstamo de un grupo de bancos encabezados por Santander y 8,5 millones los debe a las constructoras FCC y Lubasa por sobrecostes en la obra autorizados por Aerocas.
El único ingreso a la vista, sin plazo, es el de la resolución judicial sobre la indemnización. "Nuestro activo es el pleito", afirman fuentes de Conaer, que aseguran que su intención con el concurso es retrasar el pago hasta que haya sentencia. Aerocas había aceptado asumir también el préstamo de los bancos, pero consideró excesiva la petición de unos 40 millones más de Conaer.
La Generalitat rechaza las exigencias de Conaer
