
La moneda virtual, el bitcoin, ha llegado al ámbito universitario. La Universidad Pompeu Fabra (UPF) de Barcelona será la primera institución de educación superior que tendrá en su campus de Poblenou un cajero de bitcoin. El furor por esta moneda se disparó hace un año, cuando Vancouver instaló el primer cajero del mundo. Llegó a Madrid para estar prensente en la calle Serrano y aledaños, convirtiéndose en la calle bitcoin más larga de Europa con 20 comercios adheridos y ahora estará presente en la universidad.
La UPF ha firmado un acuerdo con la empresa catalana ATMs Bitcoin para instalar el cajero en el propio campus. Además, esta empresa será la responsable de todos los aspectos financieros y legales de la explotación del cajero, y los beneficios que se obtengan se destinarán a actividades de mecenazgo y proyectos de investigación de la propia universidad.
Según un comunicado de la propia universidad, "la UPF quiere aprovechar la instalación de este cajero para promover la reflexión en torno a la moneda digital y sus implicaciones". En defintiiva quieren potenciar el conocimiento de la moneda digital y sus implicaciones.
Un segundo cajero
La UPF prevé instalar un segundo cajero de bitcoin en el campus de la Ciutadella, después de evaluar los resultados obtenidos en éste.
Durante el próximo curso, en colaboración con la Barcelona Bitcoin Community (una web donde charlar sobre bitcoin y otras divisas digitales) se fomentarán acciones sobre cuestiones tecnológicas, sociales y de regulación del uso de criptomonedas. Oliver afirma que "la creación de monedas digitales ligadas a economías globales o locales obedece más a una necesidad de los ciudadanos que de las instituciones y gobiernos que tradicionalmente han regulado este sector", y recuerda que "la nueva alcaldesa de Barcelona ya ha manifestado su voluntad de que la ciudad tenga su propia moneda".
Las actividades se llevarán a través del DTIC, donde el HackLab (un espacio físico en el que se fomentará el autoaprendizaje, el intercambio de conocimientos e ideas y la colaboración en torno a temas como la tecnología) jugará un rol central. Incluirán, entre otras, la promoción de iniciativas que impulsen el desarrollo de modelos de negocio de la moneda digital, como pueden ser la identificación de nuevos usos y el desarrollo de aplicaciones que mejoren la experiencia del usuario.
La moneda virtual está generada por ordenadores, que resuelven problemas matemáticos complejos. Una vez creados, los bitcoins pueden ser negociados en mercados de divisas o ser utilizados como dinero para comprar bienes y servicios.