
Hay una forma de medir el grado de turbulencia en la economía de Europa: los inversores están apostando a que Mario Draghi completará su mandato de ocho años al frente del Banco Central Europeo (BCE) en 2019 sin elevar nunca los tipos de interés.
Los instrumentos derivados del mercado monetario indican que el BCE no aumentará su tipo de referencia, actualmente en el 0,05%, hasta diciembre de 2019, dos meses después del final previsto para el mandato de Draghi, según el economista de Deutsche Bank, Torsten Slok.
Por el contrario, el predecesor de Draghi, Jean-Claude Trichet, subió los tipos 11 veces, y hasta Ben S. Bernanke tuvo que ajustarlos en la Reserva Federal en tres oportunidades. Por su parte, la Fed subirá su tipo de referencia el próximo mes de marzo, según apuntó Slok en un informe la semana pasada. Hace un año, los mercados indicaban que la Fed y el BCE actuarían al unísono para noviembre de 2016.
A los ojos de Slok, la divergencia sin precedentes entre los dos bancos centrales más grandes del mundo significa que el euro caerá hasta la paridad con el dólar y que las acciones europeas continuarán atrayendo demanda. Ese resultado quizá resulte atractivo para Draghi en tanto que espera que un euro barato y una subida de los activos financieros contribuyan a reactivar la economía de la Eurozona, justificando de esta forma la puesta en marcha de su programa de compra de activos o flexibilización cuantitativa.
De hecho, es probable que mañana, después de la reunión de la entidad, el presidente del BCE mantenga su compromiso de comprar activos por 1,1 billones de euros hasta septiembre de 2016. Y lo hará a pesar de que los signos iniciales de éxito de su política hayan despertado voces que piden ya una reducción del volumen total del programa.
De cumplirse con las expectativas del mercado, una brecha de casi cuatro años entre el endurecimiento de la política monetaria entre la Fed y el BCE batiría de todos modos un récord. Cuando Estados Unidos comenzó por última vez a subir los tipos en junio de 2004, el BCE hizo lo propio 18 meses después, en diciembre de 2005.
Draghi no tardará tanto
Pero no todos los economistas están convencidos de las señales del mercado. Desde Royal Bank of Scotland, Richard Barwell dice que es poco probable que la Eurozona esté en una situación tan desesperada durante otros cuatro años. "Más exactamente, no creo que alzas modestas de los tipos de interés oficiales aniquilen la recuperación", dijo.
Para Holger Schmieding, economista jefe en Berenberg Bank, la "mejor apuesta sigue siendo que la Eurozona y el BCE vayan con un retraso de dos años con respecto a los Estados Unidos y la Reserva Federal".
A Erik Nielsen, economista jefe de UniCredit, le preocupa que los miembros del BCE europeos tarden más de un año en seguir los pasos de la Fed. "Si es más tiempo, la actual combinación europea de tipos de depósito negativos, un enorme QE y una regulación financiera equivocada podría muy bien convertirse en realmente tóxica, llevando a la bancarrota muchos fondos de pensiones y compañías aseguradoras", dijo en un informe el domingo.