
Parajes deslumbrantes cortejan ya nuestros recuerdos, posiblemente de los más bellos y cautivadores de una vida viajera con ya más de 50 países. Leyendas de trolls y brujas medievales. Árboles agitan sus hojas mientras el viento deja un susurro que incita a pensar en esas extrañas criaturas del folclore popular. Iglesias de madera, de arquitectura única en el mundo, que nos traslada algunos siglos atrás.
Noruega no para. Noruega enamora. Surcamos fiordos, recorremos lenguas de hielo, paseamos por centros neurálgicos de fascinante ambiente, nos dejamos deleitar por su gastronomía...
El país escandinavo ha conseguido mantener, salvo las excepciones más populares, ese equilibrio entre autenticidad y humanidad con el que suele acabar el turismo masivo arrasando parajes de otra época. No es tarea fácil, ya que en su larga costa de origen glaciar, de la que nosotros abarcamos desde Stavanger a Bergen, deja numerosos fiordos de extraordinaria belleza.
Preikestolen (el famoso púlpito), Kjerag (la roca equilibrista) y Trolltunga (la lengua del troll) son tres de las más sensacionales, a la vez que inusuales, formaciones rocosas del mundo, emplazamientos que alcanzar requiere un cierto sacrificio. No tanto como navegar por Naeroyfjord, el más estrecho y, para muchos, asombroso fiordo de Noruega.
Stavanger, Bergen y... Oslo. Hay quien no considera Oslo para algo más allá que hacer una escala. ¡Se equivoca o la vio hace mucho tiempo! Si bien Bergen seduce, Oslo promete. Quizás llevar las expectativas bajas ayuda, pero la capital rebosa de cultura y arte, de parques y cafés acogedores, de la arquitectura más vanguardista...
Pero si ya todo lo anterior es aliciente, dejarse atrapar por las Svalbard en las latitudes más altas del planeta con tierra firme, en el Ártico noruego, donde en esta época del año sólo existe luz y donde el sol de "medianoche" deja los más hermosos escenarios, nos hace sentir especialmente privilegiados. Renos enanos únicos en el planeta, zorros de pelaje blanco intenso, ciudades fantasma abandonadas en extrañas circunstancias (Pyramiden) o glaciares menguantes, crean un ecosistema exclusivo al alcance de unos pocos.
Solemos decir en nuestro blog que "el mundo es lo suficientemente grande para poder cumplir nuestros sueños". Noruega sería un buen punto de partida para empezar a hacerlo.
Isaac y Paula, autores del blog www.chavetas.es